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Henry Cavill repite con Guy Ritchie en ‘El Ministerio de la Guerra Sucia’: ¿’Malditos Bastardos’ a la inglesa?

Para un admirador como yo de Guy Ritchie, poder ver una nueva película del director inglés siempre es una buena noticia, y si, además, es tan divertida como El Ministerio de la Guerra Sucia, la alegría es doble.

El Ministerio de la Guerra Sucia es puro cine Guy Ritchie pasándoselo bien y recreando a su estilo la fascinante Operación Postmaster.

Cartel de El Ministerio de la Guerra Sucia.
Cartel de El Ministerio de la Guerra Sucia.

Poneos en situación: Segunda Guerra Mundial, Churchill encargando una operación secreta en la que 5 inadaptados de las SOE, a los que no se les pueden dar órdenes, deben destruir o neutralizar tres barcos del Eje (uno alemán y dos italianos) para facilitar el acceso del ejército norteamericano. El lugar: la Isla de Fernando Poo (actual Bioko), en la antigua Guinea Española, cuando se decía que España se mantuvo neutral en el conflicto… neutral, sí… vaya tela…

Sin duda, un argumento perfecto para que el travieso Ritchie haga de las suyas y ruede una película muy suya pero que, inevitablemente, vuelve a recordar a Tarantino, en este caso, el de Malditos Bastardos.

Eso sí, si cuando se estrenó la genial Snatch: Cerdos y diamantes, la comparación con Tarantino devaluaba (o se intentaba devaluar) la obra del inglés, que ahora se le vuelva a comparar con Tarantino, tiene otro tipo de efecto.

Cuando Snatch, tan solo unos pocos conocíamos al director por la maravillosa Lock and Stock, pero, desde entonces, ha llovido mucho, y Ritchie, salvo excepciones como Barridos por la marea o Aladdin, se ha labrado una carrera excelente repleta de joyas, en las que la acción, los bajos fondos, el “estilo” english y el humor, son característicos.

El Ministerio de la Guerra Sucia es un buen ejemplo de ese cine tan suyo.

El Ministerio de la Guerra Sucia.
El Ministerio de la Guerra Sucia.

El Ministerio de la Guerra Sucia: reparto y Tarantino

Uno de los aciertos de El Ministerio de la Guerra Sucia es su reparto, encabezado por un divertido Henry Cavill, que ya trabajó con Ritchie en Operación U. N. C. L. E. y que ahora interpreta a Gus March-Phillips, el soldado en el que se basó Ian Fleming para su agente 007. También  encontramos actores habituales de su cine más reciente, como, Cary Elwes (inolvidable en La princesa prometida), Babs Olusanmokun, o un genial Rory Kinnear como Winston Churchill. Y se estrenan con el director nuevas estrellas como Eiza González, Alan Ritchson (espectacular en El Ministerio de la Guerra Sucia), Alex Pettyfer o Freddie Fox (La Casa del Dragón).

Pero si hay alguien que sorprende al aparecer en esta película, no es otro que Til Schweiger, el despiadado sargento nazi de… adivinad: Malditos Bastardos.

Til Schweiger en El Ministerio de la Guerra Sucia.
Til Schweiger en El Ministerio de la Guerra Sucia.

Eso es a lo que me refería antes sobre las comparaciones con Tarantino, Ritchie se adelanta y, completamente desacomplejado, por si hubiera dudas entre el parecido de ambas películas, le ofrece a Til Schweiger, prácticamente, repetir el personaje que ya interpretó en Malditos Bastardos.

Además de lo obvio, 5 soldados despiadados y sin escrúpulos contra soldados nazis, hay más cosas en común entre El Ministerio de la Guerra Sucia y la película de Tarantino: una violencia salvaje (espectacular la escena que abre la película y, especialmente, la de la incursión en el navío Duchessa d’Aosta), una banda sonora que recuerda a los acordes del maestro Morricone, y algunas escenas que parecen más bien salir de un Spaguetti Western, que de una cinta bélica.

Eiza González en El Ministerio de la Guerra Sucia.
Eiza González en El Ministerio de la Guerra Sucia.

Como película, Malditos Bastardos es mejor, pero El Ministerio de la Guerra Sucia la supera en cuestiones tan importantes como la acción salvaje de la que hacen gala sus protagonistas, un grupo de soldados con habilidades muy diferenciadas, rollo Los 7 magníficos, y su reparto.

El Ministerio de la Guerra Sucia no es ni pretende ser la mejor película de Guy Ritchie, es una cinta irregular, pero muy divertida, con la que disfrutar y desconectar durante dos horas y después olvidar fácilmente. Pero es que Malditos Bastardos, también es así. Aunque muchos y muchas la vean como una obra maestra del director de Tennessee, no deja de ser otra cinta bélica irregular que destaca por el maravilloso cortometraje del inicio con Christoph Waltz y la música de Morricone, pero que decepciona en lo más importante, el reparto de sus bastardos y su acción descafeinada.

El Ministerio de la Guerra Sucia en Prime Video

Sorprende que una película tan espectacular como El Ministerio de la Guerra Sucia no se estrene en nuestro país en cines y llegue directamente a Prime Video. Hablamos, ni más, ni menos, de una producción de Jerry Bruckheimer, al más puro estilo Jerry Bruckheimer: explosiones sin fin, una fotografía muy doradita, acción desmedida, un reparto repleto de guapos y guapas (por lo general una sola actriz muy guapa que acompaña a un reparto de guapos normativos que rebosan testosterona por un tubo…), un tipo de cine que siempre ha llenado las salas. Sin duda, ha cambiado el paradigma de estrenos cinematográficos.

Alan Ritchson en El Ministerio de la Guerra Sucia.
Alan Ritchson en El Ministerio de la Guerra Sucia.

Celebramos que Guy Ritchie haya encontrado ese equilibrio entre calidad y autoría entre sus ya habituales dos producciones anuales. No olvidemos que este mismo año se estrenó la serie de The Gentlemen, que mejoraba la película que la que se basaba y se convertía en una de las mejores series del año. Y que el año pasado nos sorprendía con dos películas tan diferentes como excelentes: Operación Fortune y Guy Rutchie: el Pacto (también estrenada directamente en Prime Video). La primera en la línea de su cine más divertido sobre mafia inglesa y la segunda dentro de un tipo de cine de acción mucho más serio, que no deja de sumar admiradores, como el de su Despierta la furia.

En definitiva, Guy Ritchie se encuentra en uno de sus mejores momentos y El Ministerio de la Guerra Sucia es un ejemplo de que se lo está pasando bien rodando, de su cine más desacomplejado, de todo lo que le faltaba a Malditos Bastardos y de que se puede hacer cine de acción machirulo que se ríe de sí mismo y no se toma en serio, de calidad y para todas y todos.

Saludos furiosos.