El invierno del dibujante, de Paco Roca
En 2010, Paco Roca nos dejó esta entrañable declaración de amor al tebeo español. “El Invierno del Dibujante” relata un interesante episodio del mundo editorial a finales de los años 50: cinco historietistas barceloneses se lanzaron a realizar sus sueños en una época mala para soñar.
Reivindicación del tebeo
Aunque en lasfuriasmagazine solamos decantarnos por un tipo de cómic algo más excitante, sería un error desdeñar otros de corte más clásico. A fin de cuentas, España es uno de los países europeos de más tradición comiquera. Esto se lo debemos, en gran parte, al tebeo o historieta.
Paco Roca
Nacido en Valencia, en 1969, Paco Roca es uno de los puntales del cómic patrio actual. Según ha contado él mismo en múltiples entrevistas concedidas a distintos medios, se crio leyendo “Mortadelo y Filemón” y “Tintín” (de Francisco Ibáñez y Hergé, respectivamente), de los cuales heredó su sentido del humor y de la aventura. Posteriormente, desarrolló músculo leyendo obras más arriesgadas e intimistas tales como “Maus”, de Art Spiegelman, “Píldoras Azules”, de Frederik Peeters, o “Paracuellos”, de Carlos Giménez.
Roca inició su carrera profesional en las revistas “Kiss Cómix” y “El Víbora”, a finales de los 90. Posteriormente alcanzaría el éxito por sus historias autoconclusivas, marcadas por su tono honesto y sencillo, guionizadas y dibujadas por él mismo. Suyas son, por ejemplo, “El Juego Lúgubre”, “Emotional World Tour”, “Memorias de un Hombre en Pijama”, y “Arrugas”. Esta última, de hecho, le valió el Premio Nacional de Cómic en 2008, así como una célebre adaptación cinematográfica.
Publicado en 2010, el cómic del que trata este artículo tiene mucho que ver con aquellos tebeos que se hicieron tan populares en los años 50 y 60, en una España gris y hermética, un país de costumbres, clichés, y frases hechas.
El invierno del dibujante
“El Invierno del Dibujante” sigue a un grupo de historietistas a través de la Barcelona del 57 y 58. José Escobar, Guillermo Cifré, José Peñarroya, Carlos Conti y Eugenio Giner deciden abandonar las oficinas de la “Editorial Bruguera” para fundar “Tío Vivo”, la primera revista de cómics europea editada y sufragada por sus propios autores.
“Bruguera”, sin embargo, no está dispuesta a dejar marchar a cinco de sus más importantes dibujantes. La trama de la historia gira en torno a esta premisa, repleta de traiciones y conflictos de intereses. Y lo hace con una atención exacerbada por los detalles, y un cariño evidente hacia el medio.
Además de los cinco autores ya mencionados, en el cómic pululan otros tales como el ya mencionado Ibáñez, Víctor Mora, o Manuel Vázquez. “El Invierno del Dibujante” ofrece un vistazo a las vidas de las personas tras las viñetas, sus miedos, sus anhelos y, sobre todo, sus ilusiones.
Con un aire un poco de película de Mario Camus, se me ocurre, Paco Roca retrata la España del franquismo con su trazo sobrio y claro. El valenciano se esmera, sobre todo, plasmando calles y edificios. Igualmente, demuestra su extensa labor de documentación en letreros luminosos, carteles publicitarios, marquesinas de autobuses, etc. Todo ello hace de este cómic una pequeña joya nostálgica, tan agradable de leer como de contemplar.
La editorial “Atisberri” vuelve a lucirse. Su edición de “El Invierno del Dibujante”, en cartoné, queda bien en la estantería, es cómoda de leer, y tiene un precio más que razonable. El papel de cada episodio del cómic está ligeramente tintado, de manera que si lo observamos de canto distinguimos una gama de colores pastel. Este tipo de detalles gustan, y le añaden al libro un valor estético a agradecer.
Cosas gratis
Paralelamente a la publicación del tebeo, Paco Roca incluyó seis páginas más en el especial de Navidad del periódico “El País”. Este entrañable extra puede descargarse de forma gratuita en la web del propio autor, junto a otras sorpresas.