‘El Extraño’: desde el Festival de Cine de Sitges llega a Netflix su mejor ‘true crime’
El actor, guionista y director Thomas M. Wright dirige El Extraño, una de las mejores películas que pudimos ver en este Festival de Sitges. Una tensa y oscura obra que adapta el libro de Kate Kyriacou, The Sting: The Undercover Operation that Caught Daniel Morcombe’s Killer. En él se narra la investigación de la desaparición y asesinato del joven Daniel Marcombe, un suceso que sacudió a toda Australia.
Marcombe tenía 13 años cuando despareció en una parada de autobús de Queensland. Fue uno de los crímenes más investigados en la historia de ese municipio.
Tras una investigación de 8 años se atrapó al culpable, el asesino y violador de niños australiano Brett Peter Cowan.
El Extraño narra cómo fue esa investigación. Lo hace desde la mirada de Mark, uno de los agentes encubiertos de policía.
La película está protagonizada por dos monstruos de la interpretación como Joel Edgerton poniéndole rostro al policía y Sean Harris como el presunto criminal.
El Extraño, una investigación y dos actores en estado de gracia: Joel Edgerton y Sean Harris
Joel Edgerton, también productor del film, nos tiene acostumbrados a personajes tan increíbles como los interpretados en películas de culto como Animal Kingdom, The Gift (que también dirige), Loving o Warrior y Sean Harris es uno de esos camaleones capaces de interpretar cualquier papel de manera soberbia, a veces, hasta cuesta reconocerlo según en qué producción.
Una de las mejores interpretaciones de Harris fue en la miniserie de Sean Durkin, Southcliffe, una auténtica y brutal obra de arte. Es uno de esos actores que destaca en cada uno de sus trabajos, pero recuerdo especialmente su personaje en 71’, Macbeth, Creep o en The Green Knight, película en la que también podemos ver a Joel Edgerton.
Ambos actores están increíbles en sus personajes. Ese juego del reverso oscuro, de doppelganger que nos transmite la película, funciona a la perfección.
Henry, el personaje de Sean Harris, es tan complejo como el guion y estructura de la propia película. La escena del baile, sus problemas de respiración, su voz, o ver, gracias a su espectacular trabajo corporal, cómo pasa de la timidez y precaución absoluta, hacia la confianza y la relajación, es espectacular.
Por otro lado, el Mark de Edgerton es un policía que nos puede recordar al que interpretó Johnny Depp en Donnie Brasco. Si Depp ya lo hizo bien en esa película como policía infiltrado, Joel Edgerton utiliza un bisturí aún más afiliado para diseccionar a su personaje. Su trabajo es más preciso y realista que el de Depp o incluso que el de Pacino en Sérpico.
Cuando ambos comparten pantalla, en el coche o en alguna habitación, sus miradas y el cómo reaccionan el uno con el otro es pura magia. La relación que comparten Edgerton y Harris en El Extraño es fascinante, humana y a la vez terrorífica.
El Extraño, un true crime que se aleja de la víctima
La película de Thomas M. Wright es especial por muchas cosas, pero la que más me llama la atención, es el hecho de que en ningún momento conozcamos ni se nos muestre ninguna imagen de la víctima. Algo extraño en este tipo de producciones.
La mirada está puesta en el criminal y los policías de la investigación. El respeto por la familia de la víctima es total. Además, hace algo aún más interesante, Mark, el personaje de Edgerton, tiene un hijo, interpretado por el propio hijo del director, hecho que, según él, le hizo involucrarse en la historia de una forma más personal.
Es a través de Mark y su hijo es cuando sentimos miedo por lo que pueda ocurrirle al niño, como si de alguna manera, ese niño representara a la víctima de la película.
Algo que realmente podría ocurrir, ya que su guion es una máquina que no para de fabricar tensión. Da la sensación de que puede ocurrir cualquier cosa en cualquier momento. La tensión no deja de alimentarse hasta el final de El Extraño.
Wright dirige la película con esa dureza tan australiana de directores como John Hillcoat, Jane Campion o Andrew Dominik, pero le otorga más oscuridad. El Extraño es oscura por dentro y por fuera. Sus personajes son tan oscuros como la historia o la genial fotografía de Sam Chiplin.
No nos podemos olvidar de su música, la banda sonora de El Extraño está compuesta por Matthias Schack-Arnott y Oliver Coates. La obra que componen es fundamental para conseguir que abstraernos de todo y que acompañemos a Mark y Henry durante toda la película. Su música es extraña y perturbadora, como surgida de una pesadilla o de esos momentos que funcionan como antesala a tus peores pensamientos.
El Extraño: una de las joyas ocultas de Netlfix
La película se estrenó ayer en Netflix sin bombo y platillo. Sin aparecer en las novedades ni en la página de inicio. Será una de esas obras que se irá recomendando de boca a oreja. Poco a poco. Que por nosotras no sea.
El Extraño no es una película para todo el mundo. No hay chistes. No hay luz. Es cruda, real y violenta. No por estar cargada de escenas de sangre, sino por esa violencia que te atrapa, te eriza la piel y te contrae los músculos de la espalda. Esa que blanquea tus nudillos.
El Extraño es una película en la que todo funciona. Todo su reparto está particularmente bien y todos sus departamentos cuentan la misma historia. Se nota que para todos fue un trabajo muy especial. Que su director consiguió que el equipo se tomara el trabajo de una forma tan personal cómo la suya.
El Extraño es cine. Es verdad. Es una historia de se debía contar.
Saludos furiosos.