‘El Cuélebre’, la bestia de Juan José Plans
Tal día como hoy, en 1943, nacía en Gijón el último gran cuentacuentos español, Juan José Plans.
“Esta es su noche, la de usted, y usted, y también usted… la noche de cuantos, aventurera, osada, valientemente se arriesgan a vivir las más sobrecogedoras historias, las de este programa… Historias”.
Así comenzaba “Historias de RNE” (tras una escalofriante sintonía de piano), escrito y dirigido por Juan José Plans, con su característica voz. Y así conmemoramos el 78 aniversario de su nacimiento.
Como escritor trabajó en más de cuarenta libros, entre los que se hallan varias antologías de fantasía, terror y ciencia-ficción, así como novelas y biografías de personajes notables de un mundo literario al que amó con pasión.
Este amor quedó reflejado, también, en la radio, donde estuvo al frente de varios programas tales como “La vuelta al mundo en 80 enigmas” (lanzándole un guiño a su admirado Julio Verne), “Sobrenatural”, e “Historias”.
Es a este último al que haremos referencia para homenajear, con mucho cariño y admiración, a un Juan José Plans que nos dejó demasiado pronto, en 2014, a causa de un aneurisma.
La sintonía del terror
“Historias” se retransmitió ininterrumpidamente entre 1997 y 2003, en Radio Nacional de España. Hoy en día, podemos seguir disfrutándolo en formato podcast a través de, por ejemplo, la plataforma gratuita www.ivoox.com.
Yo, en particular, le debo a este programa incontables horas de entretenimiento, así como más de un buen susto. Y es que “Historias” se prodiga, sobre todo, en el género de terror.
Como terrorífica era “Cuélebre, el Dragón”, la novela de Juan José Plans que él mismo adaptó a radioteatro en la tercera etapa de su programa. Para ello, contó con la inestimable ayuda de sus colaboradores habituales: Óscar Cruz, Lourdes Guerras, Luis Alonso Carrasco y José Antonio Ramírez.
Además de estos, la adaptación sonora que estamos a punto de revisitar contó con las voces de Federico Volpini, Natalia García, Mercedes Martín, Mayka Gómez, Javier Chamero, Antonio Fernández, Valle Alonso, Blanca Gala, José Manuel Ribeiro, y creo que no se me escapa nadie más.
De modo que os reto a apagar las luces conmigo, dejando una vela encendida, si acaso, y a escuchar acerca del cuélebre, una bestia demoníaca que, tenedlo por seguro, nos acecha a todos.
El Cuélebre: Un monstruo prehistórico
La historia comienza con Óscar Cuervo, un exitoso autor de novelas de terror que se codea con otras personalidades de la literatura y el cine. Gordo, bebedor y fumador empedernido, acude al viejo caserón de su familia, al borde del acantilado de Peñarrubia, cada vez que su cuenta bancaria empieza a resentirse y necesita parir una nueva obra. Ahí, entre sus gruesos muros, encuentra el solaz necesario para escribir, acompañado, tan solo, por Freddy, un gato viejo y tullido que parece salido de un cuento de Edgar Allan Poe.
Una noche de verano, en concreto, se dispone a celebrar el final de su último trabajo con una botella de sidra. Entonces, un monstruo reptante asciende por las escaleras que conducen a su habitación, en la torre oeste de la casa. Freddy se pone en alerta. Óscar se ríe de la conducta del gato, hasta que su puerta se abre de golpe, congelándole la risa. Ante él, aparece una mujer desnuda, completamente desprovista de pelo, con la piel cubierta de una repugnante sustancia gelatinosa, y unos ojos desproporcionadamente grandes y del color del ámbar.
Óscar es presa de un terror equivalente al que le gusta infundir a sus personajes en la ficción. La mujer se acerca a él produciendo un sonido sibilante. Cuando se encuentra lo bastante cerca, desencaja su mandíbula como lo haría una serpiente y le clava unos enormes colmillos en el cráneo. Acto seguido, engulle a Óscar de una pieza, introduciéndolo a través de su garganta y su estómago, antinaturalmente dúctiles.
El escritor muere de asfixia en el hediondo interior de lo que ya no es una mujer, sino un reptil de grandes dimensiones, escamas rojas y verdes, y provisto de unas enormes alas como de murciélago. El monstruo mira a través de la ventana, hacia las luces de la somnolienta Gijón, a no mucha distancia, fijando su nuevo objetivo. Entonces, expulsa una potente llamarada por las fosas nasales, reventando el tejado de la torre y abriéndolo a la calurosa noche gijonesa.
La bestia despliega sus alas y alza el vuelo, todavía con hambre, en pos de nuevas víctimas.
Tras la pista del cuélebre
Esa misma noche, y en días subsiguientes, desaparecen varias personas más en las inmediaciones del Mirador de la Providencia.
Sandra García es una joven periodista que había entrevistado a Óscar Cuervo en el pasado, motivo por el cual se le asigna la investigación de su muerte. En estas que sus averiguaciones le conducen hasta un barrio residencial en la Parroquia de Somió. Ahí, en una suntuosa mansión, le esperan un tal Demetrio Castañón y su hijo Roberto. El segundo es un eminente bioespeleólogo con una escalofriante historia que contar.
Sandra coge un block y empieza a tomar notas. Resulta que hace unos días se produjo un temblor de tierra que descubrió una grieta largo tiempo cerrada en los Picos de Europa. Una expedición científica rescató de ahí lo que parecía un huevo fósil de dinosaurio, con un embrión dentro. Dicho huevo llegó a manos de Roberto, y este lo dejó junto a una ventana, esperando para examinarlo.
Pues bien, la luz del sol que se filtraba desde afuera ejerció un extraño efecto en el embrión, devolviéndolo inesperadamente a la vida. La criatura que rompió el cascarón huyó dejando un rastro nauseabundo. Al analizarlo, Roberto comprobó con horror que se trata de una especie animal que se creía extinta hace millones de años, el depredador más mortífero que haya caminado nunca sobre la faz de la Tierra: una especie de reptil que hacía estremecerse incluso a los más imponentes dinosaurios, una especie de dragón, al que la mitología asturiana había bautizado como “el cuélebre”.
Mientras estas explicaciones tienen lugar, el monstruo satánico se prepara para volver a salir de caza desde su gruta en la Isla de la Tortuga, frente al Cabo de San Lorenzo. ¿Hasta dónde llegará la voracidad de esta bestia del Carbonífero? Y, ¿habrá algo que pueda hacerse para detenerla?
Pasándolo de miedo
Juan José Plans nos guía a través de esta intrigante historia, enriqueciéndola con multitud de datos geográficos, históricos y literarios. Esto hace de su escucha un placer espeluznante dividido en seis partes, de unos cincuenta minutos cada una: “La Bestia”, “Primeras víctimas”, “Misterio”, “Dragón”, “Ataque”, y “Frente a frente”.
Recordarla es nuestra forma de rendir tributo a esta importante figura de las letras, que demuestra que hay vida en la literatura española más allá del canon establecido.
Os animamos a echarle un oído a “Cuélebre, el Dragón”. O si preferís leerla, todavía puede conseguirse en su versión escrita, publicada por Brand Editorial.
Y “prepárense para seguir pasándolo de miedo, con miedo” gracias al programa “Historias de RNE”.