‘Dualidad’, de Netflix: el mito de la media naranja y cómo no pueden vivir la una sin la otra
La nueva miniserie creada por Vanessa Gazy llega a Netflix. Dualidad es un thriller que funciona como una tela de araña a la que es imposible no quedarse pegada. Al mismo tiempo, es tan enrevesada como esta. Una amalgama de nudos por desatar que, aunque resulta genuina, no termina de desenredarse con facilidad. Dos hermanas gemelas, medias naranjas que deben reencontrarse ante la imposibilidad de vivir la una sin la otra.
La serie de Netflix presenta un capítulo piloto que no deja indiferente. Como si de una tela de araña se tratara, la audiencia queda enganchada desde el inicio. Los múltiples puntos de giro funcionan como nudos que entretejen la propia telaraña. La cual parece ir desmarañándose poco a poco, aunque con dificultad. Esta complejidad a la hora de construir el desarrollo de la serie provoca también que el desenlace sea abrupto y vacuo.
Sin embargo, es reseñable el papel de Michelle Monaghan interpretando a ambas protagonistas: Leni y Gina. La actriz está colosal en sus actuaciones. Donde los arcos narrativos de ambas se van construyendo a la perfección gracias a su trabajo.
Ambas hermanas gemelas han compartido durante toda su vida grandes secretos. En el primer episodio de la miniserie, una de ellas desaparece. Provocando que el castillo de naipes empiece a desmoronarse de forma inexorable. Aunque las protagonistas son dos mujeres, el denominador común que las une más allá de ser hermanas son los hombres.
La lucha y los celos entre mujeres por los hombres y el poder, un cliché rancio
Recientemente, con series como Swimming with sharks (Roku Channel, 2022), volvemos a encontrar el cliché de la rivalidad entre mujeres. Ese enfrentamiento al que nos ha sometido el sistema heteropatriarcal en el que debemos luchar por ser la más guapa, la más poderosa… o incluso por el “amor” de un hombre. En el caso de la serie de Roku Channel era el poder. En la nueva serie de Netflix Dualidad son los hombres el denominador común, así como detonante de todos los enfrentamientos entre ellas. Hombres cuyas masculinidades, además, son de lo más homogéneas y estereotípicas.
Gina y Leni, hermanas gemelas aparentemente inseparables. Sororidad superficial que se ve totalmente desintegrada por las circunstancias y relaciones que les rodean. Los hombres de sus vidas, de ambas vidas, no dejan de ser un obstáculo en su relación. Los celos, la envidia, la sobreprotección…conceptos que son esbozados en la miniserie construyendo unos personajes femeninos muy arraigados en los clichés más rancios. El tema de la falta de la figura maternal también es para reflexionar. Con tintes psicoanalíticos de lo más patriarcales, que hacen a la madre responsable – presente o ausente -, de las inestabilidades y salud mental de sus hijas e hijos.
Aunque la trama argumental resulta cautivadora, e incluso original, la historia que va emergiendo desde la raíz se va tornando cada vez más desgastada y decepcionante.
Dualidad: una miniserie muy ortodoxa, con pinceladas diversas que hacen más daño que bien
¿Incluir personajes del colectivo LGTBIQ+ o no? ¿incluir a personajes de etnias diferentes a las blancas o no? Preguntas que ni tan siquiera deberían plantearse. En las series estadounidense predominan los personajes blancos, cis y heterosexuales. Es una realidad que se encuentra perfectamente reflejada en los informes de GLAAD. La organización que se dedica a estudiar y analizar la representación LGTBIQ+, de personas con diversidad funcional o distintas etnias, en las narrativas de los medios.
En el caso de Dualidad, solo aparece un personaje homosexual, reprimido e incluso amenazado. Personaje que además es totalmente secundario y casi prescindible. Junto a ella, sí que aparece la Sheriff Floss – también personaje secundario pero imprescindible -, interpretada por Karen Robinson. La cual lleva a cabo su papel de forma exquisita.
El Banquete de Platón y el mito de la media naranja
En su obra El Banquete, Platón escribió sobre el mito de la media naranja. El cuál hacía referencia a las enseñanzas de Aristófanes sobre la imperfección del ser humano. En este mito se habla sobre la decisión de Júpiter de dividir a los seres humanos que tenían cuatro brazos y cuatro piernas para reducir su poder. “Hecha esta división, cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo de entrar en su antigua unidad, con ardor tal que, abrazadas, perecían de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra”.
Este mito, bastante recurrente para la construcción de narrativas, ha sido utilizado en otras cintas como Hedwig and the Angry Inch (John Cameron Mitchell, 2001). También con este mismo concepto juega la miniserie de Netflix Dualidad. Aunque en este caso, las dos medias naranjas no se conforman por una pareja basada en una relación romántica. Sino que son dos hermanas gemelas que no conciben su vida sin la otra. No obstante, esta obsesión por fundirse en un abrazo que las haga inseparables puede convertirse en una coyuntura peligrosa. Esa carencia de sentido vital sin la presencia de la otra persona. De aquella mitad que debe completarte. Pilar fundamental del amor y las relaciones tóxicas.