‘Deseo de ser punk’. La adolescencia es un acto terrorista
Deseo de ser punk es la octava novela publicada por Belén Gopegui, uno de los exponentes de nuestra Generación X. En ella, nos recuerda cómo era aquello de ser adolescente (por si se nos había olvidado), y nos describe cómo hacerse punky en unos sencillos pasos.
Incisiva y elocuente, como siempre, se saca su cinturón de balas para darnos una lección de rabia a ritmo de guitarra. En nuestra puta cara.
…que no hable de sandeces y que diga que no sobra el amor
Matilda es una chica madrileña de dieciséis años, buena estudiante, mejor hija, y amiga de sus amigas. También muestra un saludable interés por el sexo opuesto. Hasta aquí todo normal.
El problema es que no ha encontrado todavía su propia música, ese sonido que la haga vibrar de pies a cabeza. La de sus padres no está mal, esa mezcla de country y pop que les gusta, con algunos toques de cantautor. Pero resulta lastimera y, lo que es peor, miente.
Las canciones de rock clásico que suenan a través de algunas emisoras de radio se acercan, pero no acaban de llegar a aquello que rebulle en su interior y le corroe los huesos: esa mezcla hiperhormonada de ganas de llorar (por todo y por nada) y de soltarle una hostia a alguien. Tampoco a la repulsa que le provoca un mundo del que cuanto más sabe más reniega.
Martina necesita encontrar su música, y rápido.
Deseo de ser punk: Me bajo aquí, gracias
Cuando lees, alguien está contigo contándote cosas. Y si ese alguien tiene actitud, o por lo menos intenta tenerla, le escuchas. No necesito que me cuenten cosas de ningún otro mundo. Nacer, morirse, la rabia, las cosas buenas, las putadas de este mundo son suficientes.
Deseo de ser punk
Un buen día, la protagonista de la historia explota como una bomba de nitroglicerina. El fallecimiento del padre de Vera, su mejor amiga, supone un punto de inflexión en su vida. Era un buen hombre, amigable y atento con los demás… y murió de cirrosis. Así, tal cual.
Desde ese momento en adelante, Martina deja de prestar atención en clase. Total, ¿para qué? Y también de escuchar a sus padres. En algún momento debieron ser jóvenes, como ella, y tener un pensamiento contestatario. Pero ahora vivían sumidos en una especie de burbuja en la que solo tenían cabida sus pequeñas pesquisas personales y poco más.
También corta lazos con Diego, el guapetón con el que se daba el lote de vez en cuando, y con la mayor parte de sus amistades del instituto. Quiere estar sola. De modo que se pasa las tardes caminando por las calles de Madrid, aprovechando el anonimato que otorgan las muchedumbres, o en la biblioteca municipal escuchando música (en busca de la suya, claro), o colándose en bloques de pisos con el único objetivo de subir y bajar en el ascensor.
La novela acompaña a Martina a lo largo de unos meses que demostrarán ser cruciales para ella. De paso, nos devuelve a una época convulsa de nuestras vidas (década arriba o abajo) en la que nos mordíamos las uñas de rabia.
Sin futuro
Baila hasta que la muerte te llame
y diga suavemente entra
entra en el reino del rock and roll.
Leopoldo María Panero
Deseo de ser punk está contada por su protagonista en primera persona, y está dirigida a Adrián, el chaval que le regaló su primer mixtape. Belén Gopegui canaliza la voz de una adolescente confusa como quien vuelve a ponerse sus botas preferidas después de no haberlo hecho en algún tiempo.
Como el Gimme Danger de los Stooges, la novela va ganando en intensidad a medida que avanza, hasta acabar en un estruendo literario que no deja indiferente a nadie, con el sello de su autora, completamente intransferible y personal.
Deseo de ser punk habla de la búsqueda de la propia identidad, así como de la bilis que, si no te corroía cuando eran adolescente, es que no estabas vivo (“viejos de nuestra edad que han muerto sin morir”, que decían los Reincidentes). Del mismo modo, nos saca de nuestro abotargamiento adulto y nos recuerda que, aun con alguna que otra cana, seguimos siendo unos cabroncetes con ganas de iniciar nuestra pequeña revolución particular.
También constituye un retrato fehaciente de la llamada crisis económica española desde el punto de vista de una chica para la que el grito “No future!” de los Sex Pistols cobra un nuevo sentido en el Madrid de finales de la primera década de los 2000.
Dame daño, pequeño extraño
La novela fue publicada originalmente en julio de 2009 por la editorial Anagrama en su colección Narrativas Hispánicas. Un año y medio después salió en Compactos, en tamaño bolsillo. En marzo de 2021 fue reeditado por DEBOLSILLO en su serie de literatura contemporánea.
Las tres ediciones mencionadas cuentan en su portada con una apropiada imagen de un Iggy Pop que, ya os adelanto, juega un papel importante en la historia de Martina.