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Sitges 2024: ‘Cuckoo’ y ‘Azrael’

El Festival de Sitges de 2024 está llegando a su fin y pronto presentará su palmarés, pero aún quedan muchas películas por ver y disfrutar. Hoy os hablaremos de Cuckoo y Azrael, dos propuestas cinematográficas terroríficas, desconcertantes y novedosas. Sobre todo, una de ellas.

Cuckoo: Hunter Schafer, de Euphoria a musa de lo extraño

Cuckoo dirigida por el alemán Tilman Singer, es una de esas películas extrañas que tanto nos gustan. Terror bizarro, pero con un ojo puesto en la belleza. Está protagonizada por Hunter Schafer en un personaje menos diferente al de Euphoria de lo que podría parecer. Una chica retraída, homosexual, con problemas familiares y peligrosamente curiosa.

Cartel de Cuckoo.
Cartel de Cuckoo.

En Cuckoo también nos encontramos al siempre interesante Dan Stevens y un par de sorpresas, las actrices catalanas, Greta Fernández y Astrid Bergès-Frisbey.

La película nos cuenta la historia de Gretchen (Hunter Schafer), una chica que llega con sus padres y su hermana a un hotel rodeado de un hermoso bosque. El dueño del hotel es encantadoramente misterioso, sus padres dos snobs distraídos, y Gretchen está decepcionada y celosa de la atención que recibe su hermana pequeña.

La vida de Gretchen cambiará cuando se vea envuelta en sucesos extraños con los clientes del hotel, inmersa en la investigación de un expolicía, enamorada de una mujer que la entiende, amenazada por la muerte y perseguida por una raza de seres femeninos que visten como mi abuela, llevan gafas de sol, y son mezcla de humano y… ¿cuco?

Cuckoo es una película extraña con ideas muy acertadas (la escena de la bicicleta, los cambios espacios temporales que genera el grito de la criatura…) y otras que no lo son tanto, pero que en global dan como resultado una experiencia fílmica interesante. Hunter Schafer, como le ocurre a Dan Stevens, parece haber nacido para este tipo de producciones, le quedan muy bien, la verdad. Sus silencios y su mirada esconden tanto como los guiones de este tipo de películas.

La criatura de Cuckoo es muy particular y automáticamente se suma a la galería de monstruos de la historia del cine.

En definitiva, Cuckoo es una película irregular pero que vale la pena adentrase en ella para sorprenderse y disfrutar de conspiraciones secretas, hoteles extraños, experimentos genéticos y de una de las criaturas del cine de terror actual más interesantes.

Azrael: si no hay nada que decir, mejor callar

Azrael está dirigida por E.L. Katz, con guion de Simon Barret (Tú eres el siguiente, The Guest). La película es un survival horror post apocalíptico con escenas de violencia muy explícita y sangrienta y con un ecléctico reparto de grandes figuras del género como Samara Weaving (la scream queen de moda), Vic Carmen Sonne (Holiday), Nathan Stewart-Jarrett (Misfits) o Eero Milonoff (Border).

Cartel de Azrael.
Cartel de Azrael.

La película nos cuenta la historia de Azrael (Samara Weaving), una superviviente del apocalipsis, que escapa con su pareja de un culto religioso y es perseguida por este culto durante toda la película para ofrecerla como sacrificio y calmar las fuerzas oscuras que amenazan ese bosque.

Todos los personajes tienen una cicatriz en forma de cruz en el cuello, por lo que ninguno puede hablar. Solo un personaje en toda la película dice cuatro frases, que son imprescindible para la historia de Azrael. Es broma, son completamente prescindibles… Sea como sea, Azrael se las pasa toda la peli luchando, huyendo del violento culto religioso y de unas peligrosas criaturas del bosque que dan la impresión de ser zombis/demonios calcinados.

Me estoy dando cuenta de que Azrael es más divertida contada que viéndola. Es una película muy corta que se hace larga por lo repetitivo de lo que sucede en pantalla, por las escenas de acción que hemos visto mil veces, y por el reparto más desaprovechado, e inadecuado, de los últimos tiempos.

Azrael solo se salva por ver, una vez más (Noche de bodas), a Samara Weaving repartiendo estopa en un tramo final frenético y vengativo. Por lo demás, una muestra de que a Simon Barret no le apetecía mucho escribir el guion de esta película cuando se lo pidieron…

Saludos furiosos.