‘Cristo y Rey’, la mediática y tóxica relación entre la artista Bárbara Rey y el domador de circo Ángel Cristo
Daniel Écija, creador de series como Vis a vis o Estoy vivo vuelve a la televisión con Cristo y Rey, su nueva serie. Atresmedia Player estrenó este pasado domingo 15 de enero sus dos primeros episodios. Una serie que vuelve a los años 80 para sacar a relucir de nuevo a dos figuras tan mediáticas como relevantes: Ángel Cristo y Bárbara Rey.
El creador español Daniel Écija, junto a César Mendizábal en la idea del guion, reconstruyen la historia de Ángel Cristo y Bárbara Rey. Tras populares creaciones como Vis a vis (Netflix, 2015-2019) o Estoy vivo (TVE, 2017-2021), el creador salta al biopic. En este caso, a la recreación de las vidas y figuras de dos personajes muy reconocidos en la esfera mediática española. Sobre todo, tras la dictadura franquista.
Ángel Cristo era uno de los mejores domadores de circo internacionales. Un rol bastante peculiar y estrafalario, que encaja a la perfección en la ficción. Y, sobre todo, junto al personaje de Bárbara Rey, actriz, vedette y artista en general. Una mujer muy mediática y referente de la época del destape en España.
En los años 80, las cosas empiezan a cambiar de forma abrupta para el país. Tras años de dictadura, TVE también intenta cambiar su imagen. Y una de sus decisiones es dejar de emitir una gala donde el circo es el protagonista. Donde los animales son encerrados y utilizados como centro de entretenimiento. Sin embargo, todo podría ser diferente si la gran Bárbara Rey fuera la que presentara dicha gala. Algo por lo que Ángel Cristo lucha con sangre y sudor, para poder salvar su circo. Su modo de vida.
Entretanto, la esfera pública y social de ambas figuras se ve rodeada de personajes también muy relevantes – así como alcohol, drogas, maltratos… -, como Paquirri, Rocío Dúrcal o incluso el Rey emérito Juan Carlos I. Un cóctel de personalidades tan extravagante como mediático, que en su día fueron el centro de atención de la audiencia. En pleno año 2023 vuelven a aparecer en la plataforma streaming Atresmedia Player. Con algún que otro toque más fresco en materia de perspectiva de género.
Cristo y Rey: la mediática relación de prensa rosa, con figuras tan destacables como el Rey Juan Carlos I
La nueva teleserie de Atresmedia Player no deja títere con cabeza. No solo los personajes de Ángel Cristo y Bárbara Rey son mediáticos. Sino que también lo era todo su círculo. Un retrato de las masculinidades de la España de los años 80. La etapa del destape tras la dictadura franquista. La cual destapa ahora el rostro más machista de figuras destacables. Entre ellas se retratan personajes como Paquirri. Encarnado por Jesús Castro. O incluso el mismísimo Rey emérito Juan Carlos I, representado por el actor Cristóbal Suárez. Una relación que se plasma en pantalla sin tapujos. En una atmósfera actual bastante propicia para ello.
Respecto al destape y la figura de Bárbara Rey, es reseñable la perspectiva de género construida. Sin perder la veracidad con los hechos indiscutiblemente misóginos de la época, se retrata también a la perfección lo que María (nombre real de Bárbara Rey), sentía ante las circunstancias. Convirtiéndose ella en protagonista incontestable de su propia historia.
Tal y como bien dice el nombre del segundo episodio “No me quieren”. Y es que la época del destape, así como sus películas, se vendieron como una liberación para la mujer. Sin embargo, todo eso no era más que un encubrimiento de su cosificación. Porque tener libertad sexual y ser un objeto sexual, son cosas muy diferentes. Asunto que se refleja de forma acertada en Cristo y Rey. Incluso con ejemplos como el caso de la película Me siento extraña (Enrique Martí Maqueda, 1977, donde Rocío Dúrcal y Bárbara Rey protagonizan una de las primeras relaciones homosexuales de la época. ¿Transgresión o cosificación del cuerpo de la mujer?
Cristo y Rey: Jaime Lorente y Belén Cuesta destacan con sus brillantes actuaciones
El actor Jaime Lorente saltó a la fama con su papel de Denver en La casa de papel. Un personaje de lo más carismático. Característico por su fuerte carácter y agresividad. En su papel de Ángel Cristo vuelve a encarnar una masculinidad similar. Superando el reto con creces. La calidad interpretativa del actor es indiscutible. Aportando uno de los pilares más férreos para el éxito de la serie.
Junto a él, Belén Cuesta es la actriz más reseñable de todo el reparto. Su papel de Bárbara Rey no es nada fácil. Sin embargo, ella es una gran actriz y es capaz de meterse en su piel sin aparente dificultad. Para ello, además, tiene la ventaja de tener a su lado al personaje real para poder recibir su ayuda. Bárbara Rey la ha acompañado en el rodaje para aconsejarla sobre su actuación.
Aunque Belén Cuesta ha protagonizado demasiados papeles cómicos (La llamada, Paquita Salas, Kiki…), pero con su merecido Goya por su interpretación en La trinchera infinita (Aitor Arregi Galdos, Jose Mari Goenaga, Jon Garaño, 2019) rompe esa cadena. La cual proyecta su carrera hacia papeles muchos más serios. Como es el caso de la presente serie Cristo y Rey.
Esta pareja actoral, además, ya compartieron rodaje en la ya mencionada La casa de papel. Protagonistas de una relación un tanto tormentosa. Aunque no tanto como la representada en la teleserie de Atresmedia. Así, el tándem sigue caminando hacia la misma dirección. La del merecido éxito por su gran trabajo y esfuerzo ante las cámaras.
Cristo y Rey: grandes interpretaciones envueltas con unos efectos especiales deficientes
La nueva serie estrenada en Atresmedia Player sigue la tendencia de otras como Veneno (Atresplayer, 2020). Aunque no desde una perspectiva tan diversa. Pero sí desde el punto de vista de que reconstruyen la historia de personajes mediáticos en España. Así como los entresijos de la televisión y la prensa rosa en la etapa posfranquista. Para ello, se elevan dos personajes perfectamente esbozados. Llevados a cabo por una actriz y un actor brillantes. Jaime Lorente y Belén Cuesta son la mejor apuesta de Daniel Écija.
Sin embargo, hay algunos aspectos que son bastantes deficientes. Como es el caso de los efectos especiales. Dado que Ángel Cristo está siempre rodeado de sus fieras, estas deben ser plasmadas en pantalla a través de las recreaciones por ordenador. Algo que no termina de cuajar y se descubre como un trabajo bastante superficial con un resultado escaso.
En definitiva, una serie que no pasa desapercibida. Que aprovecha la nostalgia televisiva para volver a poner en pantalla personajes que en su día ya fueron mediáticos. Y que, a través de ciertos comentarios humorísticos, así como declaraciones “feministas”, abarca a un público mucho más amplio en la actualidad.