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‘Cinco lobitos’: la resiliencia y el perpetuo aprendizaje de la maternidad

La directora Alauda Ruiz de Azúa estrena el 20 de mayo su ópera prima en salas. Filme que ganó la Biznaga de Oro a la Mejor Película Española en el Festival de Cine de Málaga 2022. Merecidísimo galardón por una pieza de valor incontestable. Un retrato de la maternidad auténtico que remueve las entrañas de cualquier madre, e hija. 

Cartel de Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa.
Cartel de Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa.

En la última década las producciones españolas sobre la maternidad son una tendencia al alza. Pedro Almodóvar estableció una pieza fundacional con Todo sobre mi madre (1999). Donde ya se atisbaba el concepto de “mala madre” reivindicado en el presente. Donde ese ser madre ante todo, es lanzado al abismo. Junto a todos los estereotipos y prejuicios que lo anclaban. Algo que vuelve a retomar desde una perspectiva muy diferente en su última cinta Madres paralelas (2021).

En los últimos años el retrato maternal ha dado un giro de 180º. Hacia una mirada mucho más realista y cruda. Que no endulza este proceso. Sino que lo muestra de manera natural. Sin aditivos ni artificios. En 2019, dos películas irrumpieron pisando fuerte en la Gala de los Goya. Anna Castillo y Lola Dueñas fueron nominadas a mejores actrices por sus papeles en Viaje al cuarto de una madre (Celia Rico, 2018).

Sin embargo, el premio a Mejor Actriz protagonista se lo llevó Susi Sánchez por su papel en La enfermedad del domingo (Ramón Salazar, 2018). Ambas, películas que esbozan la maternidad desde perspectivas genuinas. Y ponen el protagonismo en un rol de madre transgresor. Susi Sánchez, retoma su papel de madre en Cinco Lobitos. Y lleva a cabo, de nuevo, una interpretación impecable.

Susi Sánchez, Laia costa y Ramón Barea en Cinco lobitos.
Susi Sánchez, Laia Costa y Ramón Barea en Cinco lobitos.

En la presente Cinco Lobitos, Amaia, interpretada por una inconmensurable Laia Costa, acaba de ser madre. Su pareja, Javi (Mikel Bustamante) está la mayoría del tiempo ausente. A diferencia del trabajo de Amaia que puede realizar desde casa, Javi debe viajar. De este modo, la figura paternal se difumina por completo para brindar todo el protagonismo a la madre. Por este motivo, Amaia vuelve a casa de sus padres en la costa del País Vasco. Buscando su ayuda y compañía en estos primeros meses de maternidad novel.

Cinco lobitos tuvo la loba, pero nadie le avisó lo que significaba ser madre

Los retratos sobre la maternidad a lo largo de la historia han sido comúnmente edulcorados. Con mujeres que anteponían todo a sus hijo/as. Que eran las madres perfectas. Pero, nada más lejos de la realidad. El proceso de aprendizaje que lleva a cabo el bebé, también lo realiza la madre al mismo tiempo. Y en ello reside su aspecto más hermoso.

En Cinco Lobitos las relaciones de pareja juegan un papel secundario. Mientras la directora dirige el foco hacia la relación madre e hija. No obstante, aunque en el inicio este protagonismo parece residir entre Amaia y su recién nacida. Es la relación entre Amaia y su madre Begoña la más enriquecedora de la cinta. Donde el rol de Amaia se desdobla para encarnar el papel más complejo. El ser madre e hija al mismo tiempo. ¿Cómo enseñar a alguien a dar sus primeros pasos cuando tú todavía estás aprendiendo a caminar?

Susi Sánchez y Laia Costa en Cinco lobitos.
Susi Sánchez y Laia Costa en Cinco lobitos.

Esta ardua travesía se representa desde la perspectiva más realista. Sin filtros u ostentaciones. La audiencia es testigo de las situaciones cotidianas más comunes. Porque la resiliencia de la pequeña que empieza a dar sus primeros pasos es perpetua. Cuando cae se vuelve a levantar. Hasta que finalmente consigue caminar. Pero esa misma resiliencia se hace cada vez más compleja con el paso de los años. Cuando levantarse se vuelve tarea casi imposible por el peso que carga una persona adulta en sus hombros.

Sin embargo, la relación madre e hija se retrata en Cinco Lobitos como esa pieza esencial para alimentar la resiliencia mutua. Porque cuando la madre ya no es capaz de recoger a su hija en su regazo. Es esta la que pone todo de su parte para mantener a su madre en pie.

Cinco que tuvo, cinco crio, ella sola, con un padre ausente

El foco de atención se coloca sobre ambas mujeres. Begoña y Amaia, madre e hija. Siendo esta última, madre a su vez. Esto no se descubre como una decisión fortuita. Dado que la figura de los padres se esboza nítida desde el inicio y se va difuminando con la evolución de la trama. Pero sin terminar de eliminarlos de la ecuación.

Ambos padres están presentes, pero su presencia tiene el rol esencial de mostrar la cruda realidad de la sociedad. Donde el sistema heteropatriarcal establece que es la madre la que debe cuidar a sus hijo/as y mayores. Mientras los padres proveen a la familia de dinero para mantenerla. Algo que, aunque evoluciona con el tiempo, se traduce en otros aspectos del mismo modo.

Laia Costa, Mikel Bustamante y Ramón Barea en Cinco lobitos.
Laia Costa, Mikel Bustamante y Ramón Barea en Cinco lobitos.

Esta progresión se ve perfectamente reflejada en la construcción de ambas generaciones. Donde el espacio temporal que las separa se refleja en la evolución del rol del hombre en la familia. Y, sobre todo, en cómo la mujer reacciona y tolera o no, ciertas situaciones. Algo que se transmite de forma sobresaliente gracias al excelso trabajo de las actrices.

Dentro de la teoría feminista, la política de los cuidados es una de las piedras angulares. Esta política hace referencia al mantenimiento del sistema capitalista gracias a los cuidados. Tareas totalmente invisibilizadas, pero esenciales para que el sistema se sostenga. Estos cuidados, han sido históricamente llevados a cabo por las mujeres.

Este sector de la sociedad predestinado por su género, debía llevar a cabo las tareas que buscaban el bienestar físico y emocional de aquellas personas que lo requerían. Tanto en la infancia, como en la tercera edad. Esta cadena de cuidados se ha visto representada de forma excelsa e interseccional en la reciente Libertad (Clara Roquet, 2021).

Cinco lobitos. Estreno en cines el 20 de mayo.
Cinco lobitos. Estreno en cines el 20 de mayo.

Con la presente Cinco Lobitos, esta política de cuidados feminista sale a la superficie. Haciendo hincapié en la presión social que las mujeres sufren. Poniendo sobre ella todo el peso y responsabilidad afectiva sobre las personas que requieren cuidados e incluso cariño. Convirtiendo así a la felicidad en una meta inalcanzable. En lugar de constituirla como un proceso. Porque tal y como bien menciona la protagonista, a veces no te das cuenta de que eres feliz en tu travesía vital. Precisamente por pensar que la felicidad es un objetivo que se alcanza al final del camino.

Y a los cinco lobitos, tetita les dio, o no

El brillante retrato de la maternidad llevado a cabo por Alauda Ruiz de Azúa se sostiene en cada detalle. Uno de los más destacados es la decisión de la madre de dejar de darle el pecho a su hija. Desde el inicio del filme Amaia tiene claro que quiere combinar su trabajo con su maternidad. Y darle el pecho no es una opción viable para ella.

Esta decisión, es algo que durante años ha estado en la base fundacional del concepto de “mala madre”. Porque la biología está muy asociada con la maternidad. Y el hecho de dar el pecho o no, tiene connotaciones evidentes en la sociedad patriarcal en la que estamos sumidos. Incluso el himno feminista de Ay, mama de Rigoberta Bandini lleva implícita esta idea.

Laia Costa.

En el filme español esto se presenta con total naturalidad. Como una reivindicación magnífica de los distintos tipos de maternidad. Y de la validez de la decisión de cualquier mujer, sin patologizarla o culparla.

Los retratos de maternidad siguen floreciendo en el cine español. Cada vez más frescos. Cada vez más reales. Brindando al feminismo una herramienta esencial para la reconstrucción de la sociedad. Entre ellas, Cinco Lobitos. La cual emerge como una pieza audiovisual imprescindible apelando directamente al aspecto más afectivo de la audiencia.