Patty Chang, Clarity Haynes y Matuschka: Abordar el Cáncer de mama a través del arte feminista
El cáncer es la pandemia de los tiempos modernos. El 19 de octubre se celebra el Día contra el cáncer de mama, el más común. En 2020 2,3 millones de mujeres en todo el mundo fueron diagnosticadas de esta enfermedad, según la OMS. Y, aunque sigue siendo un tema delicado, son cada vez más las que la muestran desde un enfoque estético diferente.
Artistas como Patty Chang, Clarity Haynes y Matuschka han mezclado el arte con la enfermedad. Han mostrado las consecuencias tanto médicas como emocionales del suceso. Y lo han hecho subvirtiendo y cuestionando las normas de género y los cánones de belleza que las oprimen.
El arte feminista como herramienta de empoderamiento
En los años setenta, en pleno revuelo del arte feminista, se comenzó a reivindicar la posesión propia del cuerpo de las mujeres. Su cuerpo es suyo, por lo que las artistas empezaron a cambiar la forma de representarlos. Subvirtieron los cánones establecidos de la normatividad y lo tradicional.
Para ello, se usaban ellas mismas como lienzo. La idea era exponerse desde una mirada no patriarcal y exhibir una nueva forma de representación. Así tenían el dominio sobre su recepción y autopercepción. Tomaban el control de sus narrativas.
Además, gracias el arte feminista, las artistas han sido capaces de abrazar la vulnerabilidad de la enfermedad, aunque esta las haga sentir expuestas e indefensas. Cada una elige la forma y el momento en el que se exponen o no. La creación de arte se ha convertido, en muchos casos, en una vía para sobrellevarla.
Melons (at a Loss) de Patty Chang: Abrirse a la vulnerabilidad
La artista estadounidense Patty Chang es famosa por abordar temas delicados. Un ejemplo de ello es su performance Melons (at a Loss), en la que trata la experiencia cercana con cáncer de mama. Es una narración íntima, pero provocativa.
Chang se automutila: se corta la copa del sujetador. En él se descubre la mitad de un melón que poco a poco se va comiendo mientras se guarda las pepitas en un plato en lo alto de su cabeza. Entretanto, relata la historia de una pariente que murió de cáncer de mama. Usa los melones como símbolo para representar los pechos por su forma redondeada y suave. A su vez, estos son una metáfora de la sexualidad y la feminidad, que se ven arrebatadas.
Es una declaración en contra de la objetivación de los cuerpos femeninos, sobre todo de la mirada masculina. Los pechos son mucho más que un objeto de deseo, también son una parte importante de la identidad de una mujer.
La artista expone las distintas formas en las que la memoria interpreta, absorbe y convierte un suceso. Su objetivo es que quien mire el vídeo se quede inmerso en la experiencia. Una obra del todo impactante y emotiva.
The Breast Portrait Project de Clarity Haynes: Diversidad y resiliencia
Clarity Haynes es una pintora que vive en Brooklyn (Estados Unidos). En The Breast Portrait Project retrata el cáncer de mama en primera persona en óleo sobre lino a gran escala. En esta serie de obras aborda la feminidad, la sexualidad, la belleza y la expresión de género desde una perspectiva no convencional.
Además, trata la enfermedad, la mortalidad, la vejez y la naturaleza del cuerpo cambiante. Cambia la forma de observar los retratos, los sujetos y el cáncer. El proyecto empezó en 1998 y ha ido haciéndose más grande con el tiempo.
La artista encuadra la obra en el torso, donde muestra las marcas de las experiencias vitales de cada persona: el envejecimiento, las estrías, las intervenciones quirúrgicas o los tatuajes. Estos muestran la belleza de la común frente a la violenta normatividad estética.
Beauty Out of Damage de Matuschka: Desafío a lo convencional
Matuschka se convirtió en un icono de la lucha contra el cáncer de mama en el siglo XX al mostrar su mastectomía. En la década de los 90, la artista se sometió a quimioterapia y, más tarde, averiguó que la extirpación que le hicieron no era necesaria. A partir de este momento, la fotógrafa se convirtió en activista contra el cáncer de mama y exigió que se les ofreciera a las pacientes toda la información acerca del tema.
En 1993 fue portada de la revista Sunday Times de The New Yorker. Beauty Out of Damage es un autorretrato en topless donde muestra tanto su mastectomía como su rostro. Con la mirada de soslayo, Matuschka escenifica lo que ya no está. Pero lo hace con fuerza y confianza. Es su propia musa y posa como cualquier otra modelo. La fotógrafa abrió el debate sobre el tratamiento, la sensibilización y la representación del cáncer de mama, así como el de la androginia.
El arte y el feminismo van de la mano para ofrecer, ya no solo una plataforma a las mujeres que lo retratan, sino también para afrontar lo compleja que es la enfermedad. Las artistas abrazan su propia vulnerabilidad y la convierten en un desafío contra la mirada hegemónica que se rige por los cánones de belleza y los roles de género. El arte se transforma en una herramienta de resiliencia, no solo que empodera a las enfermas de cáncer, sino también que nos hace revisar la forma en que miramos.
Foto de portada de Steven Boniface (The Survivors Collection). Colenso BBDO’s Emily Osborne.