‘Cabrito’: brujería, canibalismo y religión. Un film perturbador

Programada en la sección Brigadoon del Festival de Cine de Sitges, Cabrito renace con fuerza en forma de un terrorífico largometraje dividido en tres partes. Cuenta la historia de un hombre aterrado por las personas que ama, decimos que renace, ya que, en 2015, un turbulento y mágico cortometraje con el mismo nombre dio la vuelta al mundo y estuvo también presente en Sitges 2016(Sección oficial competitiva de cortometrajes). Aquí tienes una crítica de la ‘Cabrito’ (la película) y las declaraciones de uno de sus protagonistas.

Eldirector brasileño, Luciano de Azevedo, regresa con una antología de culto, compuesta por tres partes: Cabrito, Rosalita y Released from Love, que nos traslada al simbolismo de la rectitud más dolorosa y cruel, la santería como amuleto de defensa y la religión enfermiza.

Luciano de Azevedo narra, hábilmente, la historia de un hombre condenado a vagar entre la realidad y una fantasía deplorable, mientras trata de formar una familia perfecta. Sumido entre el canibalismo y la religiosidad retorcida, termina rememorando los actos inhumanos a los que fue sometido por su familia.

Vínculos hacía una interpretación con atmósferas y reminiscencias “gore”

Así se muestra Cabrito, un film frío, sucio, lleno de soledad y repulsión, donde la sangre alimenta la magnífica atmósfera que el director consigue crear en sus escenas. Un tributo a La matanza de Texas (1974) de Tobe Hooper y esa sensación de olor a sangre y carne pútrida.

Pero aquí la historia es más “humanista”, no existe el género slasher (salvo en las pesadillas bizarras de nuestro protagonista) donde, se parte de la pobreza, el vacío de una juventud sumida en la soledad y la necesidad de estímulos. El drama y la perversión que nos muestran esta película son meros resultados de una infancia triste, caótica y solitaria. La voluntad de Azevedo eshacernos odiar a los personajes, pero, a la vez, pedir misericordia para todos ellos.

Las actuaciones de Samir Hauaji y Fernanda Thurann resultan frías y efectivas,con un claro compromiso con lo exigidopor Luciano de Azevedo, que junto a Francisco Franco y Otavio Pupo, alcanzan composiciones y escenas de repulsión hacia el espectador.

Una de las escenas de Cabrito, del director Luciano de Acevedo.

Uno de los actores protagonistas de la película, Ramon Brant, nos comenta que le resultó de gran ayuda para construir su interpretación la dirección de arte y el cuidado en la elección de los lugares. “Tener un escenario lo más fiel posible, contribuye en gran medida a la verdad fílmica y a la verdad del actor.  En el set podía sentir una energía aterradora al entrar en la casa de mi personaje, por ejemplo. El ambiente nocturno, lluvioso, sucio y silencioso fue importante para la construcción del sentimiento de miedo”.

Y añade: “además, tuve mucha libertad en la construcción del personaje bajo la batuta de Luciano de Azevedo. Luciano es uno de los directores más completos con los que he trabajado. Crea un ambiente armónico en el que todos los miembros del equipo están concentrados para que la filmación se realice de la mejor manera posible”.

Una de las escenas del largometraje Cabrito.

La obsesión por la soledad y la retrospectiva de una sociedad mísera

En nuestra charla con el actor Ramon Brant ahondamos en una de las constantes del film: la soledad. “La historia dice mucho sobre una obsesión por la soledad y el engaño entre la realidad y fantasía. Por eso, era importante reconstruir el pasado del personaje para entender de dónde viene este terror sofocante que es Cabrito. Después de ser torturado emocionalmente por la familia a lo largo de la infancia y la adolescencia, muchos traumas se construyeron en la mente de este personaje. La película retrata el abandono en su corazón, a través de la construcción del lenguaje y utilizando el género de terror”, afirma Brant.

En definitiva, Cabrito es un caudaloso film, repleto de símiles y retrospectiva de una sociedad mísera, que ahonda en la putrefacción de los cánones de conducta clásicos, y donde emergen todos los horrores juntos: desde el crimen hasta el martirio; los cultos satánicos y religiosos; el canibalismo; suspenso y, ante todo, una niebla densa atravesada en la anarquía psicológica de todos sus protagonistas. Un film oscuro, pero muy recomendable.

Una de las escenas de la película Cabrito.

¿Qué pasa con el cine de terror en Brasil?

¿Por qué llegan tan pocas producciones de terror o fantástico desde Brasil? Cabrito es una de las fascinantes rarezas que nos ha llegado en los últimos tiempos. El director José Mojica abrió el camino al género de terror en Brasil y es, sin duda, un referente. “Gracias a él y a varios creadores que creen en el género, la posibilidad de hacer cine en el país ha crecido sustancialmente.  Son muchos los entusiastas y amantes del terror en todo el territorio nacional.  ¡Yo mismo fui uno de los capturados por el género!”, nos explica Ramon Brant, entre risas.

Y concluye: “con la crisis política y económica que atraviesa Brasil, a través de ataques, excesos y recortes en la cultura, liderados por el terrible presidente Jair Bolsonaro, los fondos públicos federales y el principal organismo regulador del cine (Ancine), están paralizados en el país. Pero, el terror y los creadores de cultura resisten”.

Uno de los próximos proyectos de Ramon Brant es escribir la obra teatral Sobre las piernas que se estrenará en enero de 2021 en América Latina. “Sobre las piernas pone el foco en los problemas y en el ‘detrás’ de la escena del fútbol brasileño y el difícil e injusto sueño de los chicos de la periferia”. La obra también debatirá sobre temas como el machismo, la homofobia, la lucha de clases, la paternidad y el abandono de los padres. En el cine, Ramon Brant da vida a Bill en la serie Hit Parade (Canal Brasil), dirigida por Marcelo Caetano.

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