‘Barbie’, de Greta Gerwig: un fenómeno social más allá de su éxito en taquilla
El pasado 20 de julio llegaba a los cines, Barbie, una de las películas más esperadas del verano. La muñeca más famosa de la macroempresa Mattel llegaba a la pantalla en la piel de la gran actriz Margot Robbie. La directora Greta Gerwig se introduce de lleno en el capitalismo más voraz para teñir de rosa y violeta los aspectos más patriarcales. El feminismo desde dentro del sistema, ¿ruptura real o apropiación capitalista?
La cineasta y guionista Greta Gerwig escribe junto a Noah Bambuach el guion más esperado, divertido y sorprendente de su carrera cinematográfica. Una película sobre Barbie, financiada y apoyada por la propia compañía Mattel y distribuida por Warner Bros. Un éxito total e incontestable en taquilla que ha llenado las salas de color rosa – literalmente -, con un público ilusionado por su estreno.
En pantalla, el gran elenco formado principalmente por Margot Robbie, America Ferrera y Ryan Gosling forman un equipo perfecto para darle vida a los personajes de Barbieland. Con sus brillantes interpretaciones y evoluciones trasladan el mundo de muñecas al mundo real más palpable. Un mundo donde las muñecas ya no son solo cosa de niñas y donde poder ser médica o jueza no es suficiente para construir un mundo equitativo para todas las personas.
El estreno de Barbie ha generado reacciones opuestas – como era de esperar -. Algunas dicen que no es más que otro mecanismo del patriarcado capitalista, otras la abrazan como una pieza más dentro del movimiento feminista que dinamita los pilares del sistema desde dentro. Pero hay algo que es innegable, el movimiento social que este largometraje ha generado más allá de la pantalla es imparable.
Un movimiento compuesto por mujeres y hombres vestidos de rosa, llenando las salas de cine – que ojalá se mantuvieran siempre así de repletas -, y gritando bien alto que el feminismo ha llegado para quedarse. Y que incluso a través de la muñeca más comercial, capitalista y estereotípica del mundo, se puede cambiar el rumbo social hacia un lugar mejor.
Barbie: Margot Robbie y America Ferrera brillan con unas interpretaciones exquisitas
Las protagonistas indudables de la película de Greta Gerwig son Margot Robbie y America Ferrera. La primera, interpreta de forma excepcional a la muñeca Barbie, con un arco evolutivo perfectamente construido y encarnado. La “barbie estereotípica” que interpreta no es un papel sencillo de llevar a cabo. Sus movimientos como muñeca y su salto al mundo real son brillantes, así como lo es su interpretación al completo desde la alegría más artificial hasta las lágrimas más honestas.
Junto a ella, se ha hablado mucho del papel de Ryan Gosling como Ken – también espectacular y del que hablaremos posteriormente -, pero no se puede dejar de lado el trabajo de America Ferrera. La actriz interpreta el papel de Gloria, la mujer que vive en el mundo real y que protagoniza una de las secuencias más emocionantes y vibrantes de la película – quien la ha visto, sabe de lo que hablo -. Secuencia que reseña uno de los mensajes más importantes que dan forma al subtexto de la película: el conocimiento y la educación son los motores del cambio.
Ambas actrices – y personajes -, forman un tándem feminista implacable basado en la sororidad, el cual se ve perfectamente completado por el trabajo de Emma Mackey, Hari Nef, Kate McKinnon, Issa Rae o Alexandra Shipp, entre muchas otras.
El carácter feminista de la película y su historia se ha puesto en cuestión por diversos sectores, pero ¿será porque el gran movimiento social generado entorno a ella ha sido tan grande que hace tambalear ciertos pilares? Nadie cuestionó que Wonder Woman (Patty Kenkins, 2017) fuera un fenómeno de empoderamiento femenino incontestable, sin embargo, en ella se seguían perpetuando clichés machistas como el amor romántico o que un hombre tuviera que salvar a la princesa Diana de las Amazonas. Aun así, no se puede negar el poder de ruptura que tuvo en su momento, al igual que ahora, lo tiene Barbie.
¿La empresa Mattel está aprovechando el movimiento feminista para seguir haciendo caja? Nadie lo niega. ¿A través de lo comercial del nombre Barbie y la gran audiencia que atrae se están rompiendo normas desde dentro del sistema? También. Y, además, desde el humor más sensacional que Greta Gerwig y Noah Baumbach podían haber escrito.
Barbie: una masculinidad muy frágil puesta en cuestión desde sus pilares más básicos
Junto a Barbie, la gran protagonista, está el rol de Ken – y Allan, uno de los personajes más inolvidables de la película en manos del brillante Michael Cera -. Pero ¿quién es realmente Ken? Ryan Gosling se pone en la piel de la masculinidad más normativa que la empresa Mattel puso junto a Barbie. El muñeco y la muñeca estereotípicas que se amoldaban a las normas impuestas por el sistema patriarcal, y que enseñaban a las niñas cómo debían ser cuando fueran adultas – y qué novios debían buscar, claro -.
En la película de Greta Gerwig, aunque la protagonista es Barbie, la masculinidad patriarcal es la co-protagonista mejor construida en manos de Ryan Gosling – principalmente -. Es brillante cómo la directora lleva a cabo un cambio de roles de género sensacional para poder evidenciar las discriminaciones sufridas por el simple hecho de ser mujer, y en este caso, por ser un hombre en un mundo de muñecas. ¿Quién es Ken sin la Barbie?
La construcción y deconstrucción continua de las masculinidades mostradas en pantalla son geniales, pero escuecen. Algunas personas se quedan en la ridiculización de la masculinidad, pero esa es la masculinidad frágil que hay que atravesar y transformar. Porque la película no es más que un despliegue infinito de estereotipos que hacen ver cómo los hombres también están bajo el yugo del patriarcado, el cual les coarta a expresar sus sentimientos o tener una relación sana con otros hombres, entre muchas otras cosas.
¿Quién iba a decir que el estereotipo de masculinidad del luchador profesional de WWE John Cena podría verse en la gran pantalla con una cola de sirena? Greta Gerwig lo ha hecho posible y es un trabajo muy inteligente y perfectamente llevado a cabo, dando como resultado una película que reflexiona sobre cómo mujeres y hombres deben abrazar el feminismo y remar en la misma dirección para conseguir un mundo justo e igualitario.
Barbie: cuando las niñas se cansaron de jugar con muñecas y se convirtieron en las protagonistas del cambio
Greta Gerwig ya comenzó su camino en la reinvención de historias muy patriarcales y machistas desde una perspectiva feminista como hizo con Mujercitas (2019). Pero con Barbie da un paso más allá y pone patas arriba todas las normas de la industria cinematográfica, ¿acaso una película taquillera no puede ser feminista? Este es el ejemplo de que es posible. ¿Se puede desmantelar el sistema patriarcal desde dentro? Greta Gerwig acaba de demostrarlo de la forma más bestial e inesperada, a través de la muñeca más estereotípica: Barbie.
Y todo eso, con referencias al cine más relevante como 2001: Odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), Matrix (hermanas Wachowski, 1999) o Grease (Randal Kleiser, 1978). Con estas elecciones también se reinventan las referencias cinematográficas más masculinas, ¿por qué no? Y, además, ¿por qué no atreverse a hacerlo a través del género de comedia más allá del drama? También lo ha conseguido con éxito.
El pasado fin de semana una marea de color rosa llenó las salas de cine de todo el mundo. Y eso no puede ser interpretado de forma simplista como una capitalización del feminismo. Este fenómeno Barbie demuestra que aquello que la teoría queer dijo sobre dinamitar el sistema desde sus entrañas es posible y, además, es posible hacerlo de forma entretenida, digerible y feminista.
Así que sí, por supuesto que Mattel hace una apropiación capitalista del feminismo para seguir reforzando su nombre y negocio, pero también la directora rompe muchos de los moldes que precisamente ese capitalismo había impuesto. Y quizás ahora, jugar a las barbies ya no sea solo cosa de niñas y quizás, ahora, podremos elegir libremente si nos apetece jugar con ellas o no. Porque en realidad, ese el objetivo principal de esta película y el feminismo en general: generar el contexto y sistema propicio para que todas las personas podamos ser como queramos ser sin discriminaciones.