‘Bajocero’, el éxito de Netflix que te deja frío
Bajocero consiguió ser lo más visto de la plataforma en todo el mundo durante unos cuantos días, pero… ¿Ha sido por méritos propios o gracias al marketing?
La película es frenética, va al turrón desde el comienzo.
En las primeras escenas se presenta al personaje de Javier Gutiérrez (el hombre que lo hace todo en España) cambiando la rueda de su coche. Se muestra como un padre metódico y recto, pero emocionalmente al límite. Se podría decir que se olvidó de vaciar el vaso cuando se le llenó.
Después lo vemos llegar a una oficina de policía. Allí descubrimos que ese es su oficio y dónde se desarrollará la acción de la peli: en el traslado de unos delincuentes a otro centro penitenciario.
En los delincuentes encontramos al mejor actor de la película, Luis Callejo y a otros actores interesantes como: Andrés Gertrídix o Patrick Criado.
Bueno, hagamos como la peli, vayamos al turrón.
Los problemas de Bajocero
Lluís Quílez, director de Bajocero, rueda una película con muchas virtudes: el ritmo; algunas buenas interpretaciones; riesgo en algunas escenas y el atreverse con un thriller de estas características. Sin duda es una buena ópera prima. Pero como le ocurrió a su corto nominado al Goya, Graffity (2015), es una obra cargada de luces y sombras.
Decidirse por Javier Gutiérrez para este papel, le resta credibilidad al personaje. Gutiérrez es muy buen actor, pero no da el perfil. Cuesta mucho creer que un actor de su estatura haya sido admitido en la policía. La altura mínima necesaria bajó en 2007, pero aún así sigue siendo superior que la altura del actor, y por la edad de este, se intuye que se presentaría a las pruebas de policía antes de 2007. Encima no le hacen ningún favor colocándolo al lado de un actor de la envergadura del excelente Isak Férriz.
Si solo fuera esto se podría pasar por alto. Pero después veremos como el personaje que interpreta Karra Elejalde dispara balas con una escopeta de cartuchos.
Como los disparos se escuchan dentro del furgón donde transportan a los presos cuando interesa. Por ejemplo, cuando ‘muere’ a tiros uno de los policías del furgón no se escucha nada dentro de este.
Hay un momento en el que están disparando al personaje de Javier Gutiérrez que solo está parapetado con el cuerpo de un compañero ‘muerto’, le caen balas al ladito porque le están disparando de frente y él se queda allí sin moverse, tan tranquilo. Algo parecido pasa con el personaje de Patrick Criado en un momento de la película…
Hay otro detalle que me perturba muchísimo… ¿Cómo acaba detrás del furgón el coche escolta? ¡Y dado la vuelta! Podríamos pensar que el camión lo evitó para colocarse delante, pero ¿Cuándo?
Por cierto, ¿es necesario un actor como Àlex Monner para el personaje que interpreta? Ya me diréis in comentarios.
La credibilidad bajocero
Es un problema cuando la credibilidad de una película que no es de fantasía ni de ciencia ficción hace que dejes de tomártela en serio. Es un problema que una película como Bajocero tenga ese problema.
Hay algunas cosas que no he comentado sobre incoherencias en los personajes de Patrick Criado, Karra Elejalde y Javier Gutiérrez o sobre como saltan los efectos digitales, ni siquiera he hablado de cómo un personaje puede volver de la muerte… pero, sea como sea, la peli no te tira del coche, te mantiene dentro hasta el final del viaje y hasta consigue que te lo puedas pasar bien.
Tenemos ganas de ver la siguiente película de Lluís Quílez.
¡Saludos furiosos!