‘Aquel vivir del mar’: bucear en la poesía clásica griega
El mar en la poesía griega reza el subtítulo de Aquel vivir del mar, una antología poética, llevada a cabo por Aurora Luque, filóloga clásica y traductora, y puesta en papel por la editorial Acantilado.
El verano dio sus últimos coletazos, el otoño llegó antes de lo que a muchos les gustaría. Pero el mar todavía puede abrirse paso en octubre, aunque solo sea momentáneamente o para disfrutar de poemas relacionados con la gran masa de agua que para los griegos lo significó todo.
El mar como fuente de inspiración
Literalmente el mar lo era todo. Para unos fuente de vida, para otros un lugar oscuro donde habitan monstruos y donde Poseidón puede decidir tu destino con un soplo. Así, igual que muchos poetas griegos admiraban el mar y lo entendían como algo lleno de historias (ficticias y reales), para otros era todo lo contrario. Hesíodo es uno de los que más abiertamente manifestó su miedo al mar. Se vanagloriaba de haberlo surcado tan solo en una ocasión para acudir a un concurso de poesía que, por supuesto, ganó.
Para bien o para mal, el mar es fuente de inspiración. La antología de Aurora Luque hace un intenso e intensivo repaso por la poesía clásica griega para mostrarnos poemas, versos, en definitiva, retazos de composiciones que hablan sobre el mar.
Comienza por las dos grandes piezas angulares de la literatura clásica, la Ilíada y la Odisea, para pasar a la poesía épica arcaica y la lírica arcaica, poesía del drama, helenística, antología palatina y la poesía tardía que tiene como único representante en este libro a Quinto de Esmirma.
No es que la obra tenga dos mil páginas, es que lo que ha recogido en esta recopilación de versos sobre el mar es justo eso: versos sobre el mar. Es decir, hay partes de poesías que hablan sobre el gran azul.
De este modo, se nos presentan unos versos de la Ilíada en los que Helena, arrepentida, pide que por favor que la rapte una ola:
Helena replicó con dulzura plática:
– Cuñado mío – de esta malhechora
perra que causa espanto –
¡ojalá el mismo día que mi madre
me pariera, una ráfaga funesta
me hubiera transportado a una montaña
o al oleaje del retumbante mar
y una ola me hubiera allí raptado
antes de que estos hechos presentes sucedieran!
El mar para los griegos
En todo momento, la autora quiere destacar la importancia del mar para la cultura griega. Fuente de historias y de peligros, pero también de vida. En su introducción a esta antología, la experta en filología clásica destaca el papel relevante del océano para los helenos: “Si amputáramos la presencia del mar, la poesía griega quedaría descolorida y casi muda”.
Más adelante en su disertación añade: “Desde el mar pueden observarse los afanes y conflictos de los hombres y de las mujeres. Los tamaños de los miedos y terrores colectivos proyectados en monstruos marinos, las hipótesis que avanzan sobre los desconocidos misterios, la conquista de rutas para los intercambios de ideas”.
El mar forma parte de la poesía griega al igual que los dioses. ¿Qué sería de esta literatura sin ellos? ¿O sin Odiseo, Aquiles o Helena? El resultado, según Luque, sería el mismo si se eliminase el mar de la ecuación.
Tan importante es que una de las más veneradas diosas de la mitología griega nació del mar.
El mito de Afrodita
Se cuenta que Crono (padre de Zeus), le amputó los genitales a su padre, Urano, y los lanzó al mar. Hesíodo narra cómo estos fueron a parar a Citera, y más tarde a Chipre, cubiertos de espuma. Esa espuma cuajó y de ella surgió la diosa del amor, el deseo y la fertilidad: Afrodita.
Botticelli la representó en una de las grandes obras de la pintura como Venus (su equivalente en la mitología romana), saliendo del mar en una concha gigante. Esta obra, que se llama El nacimiento de Venus, respeta bastante las palabras de Hesíodo y el océano juega en ella un papel fundamental.
El mar es tan esencial que de él pueden surgir tanto monstruos horribles como dioses olímpicos.
Aquel vivir del mar: Acercarse a la poesía clásica
Dentro de que Aquel vivir del mar pueda interesar más o menos, creo que es un acierto para todos aquellos que quieran acercarse a la poesía clásica o más allá, a la literatura clásica griega.
La antología de Aurora Luque es una gran aliada para descubrir si grandes obras como la Ilíada y la Odisea realmente son de interés para un potencial lector.