‘A Life Less Ordinary (Una Historia Diferente)’: mucho más que una comedia romántica
El guionista, el director, y el actor principal de Trainspotting se unieron un año después del éxto de la película, hoy de culto, para ofrecernos su versión de una comedia romántica, y con ellos, Cameron Díaz. El resultado es Una Historia diferente: una ida de olla, angélical y criminal a un mismo tiempo, que luce bien y suena aún mejor. Los caminos del Señor son inescrutables, y el amor es una cosa pero que muy extraña…
Mi historia diferente
Tengo una pequeña confesión que hacer: habiéndome criado en los 90, Cameron Díaz fue mi primer crush cinematográfico. Cuando la descubrí en “La Máscara”, mi yo de siete añitos flipó en colores. No sé si fueron sus ojos, su sonrisa, su melena rubia, o sus zapatos rojos, pero el caso es que, en ese momento, decidí que iba a casarme con ella. Veintiséis años después mi resolución no ha cambiado, pero empiezo a sospechar que no va a poder ser.
Tiempo después, siendo un adolescente tímido y con un buen cúmulo de inseguridades, descubrí “Trainspotting”. Aunque yo era lo más alejado posible de un crío punk por aquel entonces, decidí que aquella era mi mierda. “Lust for Life” e Ewan McGregor fueron mi canción y mi actor favoritos durante un periodo demasiado largo para la paciencia de mis padres.
Así que cuando vi “Una Historia Diferente” por primera vez me pareció que estaba hecha para mí. Puede que no sea la mejor película de la Historia (puede), pero yo la gocé como si lo fuera. Y ahora que peino alguna que otra cana me sigue encantando desde el reparto hasta la banda sonora, pasando por su delirante trama, y no deja de hacerme reír.
Eso es, me gusta ver pelis y reírme. Denunciadme a la policía cultural.
Los corazones (renegridos) tras la película
Hablando ya en serio, “Una Historia Diferente” tiene mucho de notable, empezando por su guionista y su director.
El dúo formado por John Hodge y Danny Boyle había saltado a la fama por “Tumba abierta” (Shadow Grave) y la ya mencionada “Trainspotting”. Hodge acabó harto de escribir sobre violencia y drogas, de modo que el siguiente guion que le presentó a Boyle fue el de una comedia romántica, pero a su estilo insolente y transgresor. Después de darle un par de vueltas junto a Andrew MacDonald (el productor de ambos) “Una Historia Diferente” quedó lista para rodar.
Desde entonces, los dos cineastas han vuelto a colaborar en “La Playa” y “Trainspotting 2”. Por otro lado, Danny Boyle ha cosechado varios éxitos con otros excelentes guionistas, con títulos tales como “28 Días Después” o la muy galardonada “Slumdog Millionaire”.
Si es normal, que baje Dios y la vea
Una Historia Diferente comienza en el Cielo, en la oficina del arcángel Gabriel (sí, como leéis). Al parecer, la gerencia divina está muy descontenta con cómo ha salido el invento este del amor romántico. Uno mira para abajo, hacia los humanos, y no ve más que divorcios, matrimonios infelices, bodas canceladas, segundas nupcias que acaban también en ruptura, diferencias sexuales irreconciliables, etc.
De modo que Gabriel hace llamar a sus dos mejores agentes angelicales: Jackson y O’Reilly (interpretados por Delroy Lindo y Holly Hunter, respectivamente). Una vez en su despacho, les asigna una complicada misión: conseguir que la pareja más improbable del mundo se enamore. Y más les vale conseguirlo, porque si no tendrán que quedarse para siempre en la Tierra, y todos sabemos el coñazo que eso supone.
Pues bien, la imagen cambia a la suntuosa piscina de una mansión de estilo gótico americano, en la que nada Celine Naville (Cameron Díaz). De fondo suena “Velvet Divorce”, de Sneaker Pimps. Celine termina su baño y mira en derredor con cara de aburrimiento supino. Para matar al tedio juega a “Guillermo Tell” con su mayordomo. Este responde a lo que parece una rutina colocándose una manzana sobre la cabeza, sin inmutarse. Un disparo basta para atravesar la fruta, pero no para calmar la insatisfacción vital de Celine, ni sus frustraciones amorosas.
Pasamos a Robert (Ewan McGregor), que trabaja como limpiador en las oficinas del tiránico Mr. Naville (padre de Celine). El chaval quiere ser escritor, y le cuenta a sus compañeros el predecible argumento de su proyecto de novela de misterio. Justo entonces aparece su encargada y le entrega una carta de despido. Robert va a ser sustituido en sus funciones por un simple robot de limpieza.
Humillado, marcha al bar donde trabaja su novia. Sobre un vaso de whisky le relata su día de pena, que no hace sino empeorar: ella está enamorada de otro, le dice, un monitor de aerobic, así que lo suyo se acabó. Con el corazón roto y sin trabajo, Robert se marcha a dormir. Al día siguiente, llega una empresa de desahucios para echarlo de casa por sus repetidos impagos del alquiler. De fábula…
Desesperado, Robert marcha a la oficina de su antiguo jefe a reclamar su empleo. Ahí se encuentra a Celine en mitad de una discusión con su padre. Robert está completamente fuera de sí, y comienza a armar la de San Quintín. Cuando vienen a reducirlo, el chico toma la pistola de uno de los guardias de seguridad.
Celine parece disfrutar con el espectáculo, y opone poca resistencia cuando Robert la apunta con un revólver y la toma como rehén. No sabe ni disparar, y su actitud provoca más risa que miedo cuando mete a la chica en un coche y la “obliga” a conducir. La situación divierte a Celine, que se sabe fuera de todo peligro con semejante inepto por secuestrador. Conduce hasta bien entrada la noche, cuando encuentran una cabaña vacía en mitad de un paisaje perdido de la mano de Dios.
Robert se sabe en un lío tremendo del que no tiene ni la más remota idea de cómo salir. Sin embargo, encuentra una aliada inesperada en Celine, que se ofrece a ayudarlo a cobrar un buen rescate por su propio secuestro. La dinámica entre el supuesto secuestrador y la secuestrada se invierte por completo, de la forma más hilarante y absurda posible.
Entre tanto, Jackson y O’Reilly van moviendo la trama en la sombra. Obra suya son todos los pequeños acontecimientos que han llevado a los dos personajes principales a semejante desastre, y a quedarse a solas en una destartalada casa donde Cristo perdió su sandalia. Hacer que la niña rica y caprichosa y el Don Nadie desesperado se enamoren parece una misión imposible.
Parece.
Las flechas de cupido
No os voy a mentir. La recepción de esta película, cuando salió, fue horrible. A la crítica no le gustó en absoluto, y sus razones tendría.
Sin embargo, Una Historia Diferente tiene la virtud de no parecerse en nada a ninguna película de su género. Y es que, aun siendo de temática amorosa, combina elementos de road movie, musical, comedia satírica, y drama sobrenatural. Es una travesura romántica y macarra, cuyos personajes tan pronto están compartiendo un momento tierno como pegándole a alguien un tiro en la cara. Y encima tiene mucha, mucha gracia, como una especie de “Amor a Quemarropa” que no se toma a sí misma tan en serio.
Efectivamente, se trata de una película bastante desordenada. Pero uno podría argumentar que en dicho desorden reside su encanto. “Una Historia Diferente” es un desastre anárquico con un sentido del humor un tanto cruel y algunos ramalazos de ternura aquí y allá. ¿Y qué es el amor romántico si no? Vamos, digo yo.
Cameron Díaz realiza su papel más original de la época entre “Algo Pasa con Mary”, “La Boda de mi Mejor Amigo” y demás. Celine no es precisamente un cúmulo de virtudes y, aun así, la actriz se encarga de dotarla de cualidades humanas. Debajo de esa fachada vanidosa y superficial se esconde alguien que, simplemente, está harta de gilipollas, y quiere vivir una experiencia amorosa genuina con alguien que merezca la pena.
Ewan McGregor, por su parte, interpreta a Robert como un perro apaleado, inocente y algo imbécil, pero con un corazón gigante.
En los diálogos entre ambos actores reside la mayor parte de la comedia de la película. La vis cómica de ambos es innegable. Y al final resulta hasta creíble que dos personas tan diferentes puedan llegar a caerse bien, y quién sabe si enamorarse (dejando tras de sí una larga ristra de calamidades).
El último pilar de “Una Historia Diferente” es su banda sonora, que se nutre de un popurrí de canciones de rock alternativo y música electrónica. Para mí, en particular, destacan la ya mencionada canción de Sneaker Pimps, “Leave Me” de R.E.M, y “Deadweight” de Beck. Además de estos temas, se escuchan otros de Ash, The Cardigans, Underworld, The Prodigy, etc. Una delicia noventera, vamos, que acompaña perfectamente al tono y la estética de la película.
De ilusiones también se vive
Así que eso puedo contaros de “A Life Less Ordinary” (su título original).
El guion puede conseguirse en una edición publicada en 1997 por Faber & Faber. Yo lo tengo en mi estantería, esperando para enseñárselo a Cameron cuando acepte lo inevitable y se venga a vivir conmigo en lugar de con ese hombre tan desaliñado que dice ser su marido.
Dejadme, que la esperanza es lo único que se pierde, y en los asuntos del corazón nunca se sabe.