‘Ruben Brandt, Collector’: arte, cine y thriller a raudales
El Festival Internacional de Cine de Tarragona, llamado Rec, tuvo lugar entre el 2 y el 8 de diciembre de este año. No obstante, para recordar algunas de las películas emitidas en el marco de este festival en ediciones pasadas, Filmin ha hecho una selección de las más llamativas. Nosotros hemos decidido ver Ruben Brandt, Collector.
Voy a contaros de qué va y por qué es una de las cosas más raras que he visto este año.
Robando obras de arte internacionales
Ruben Brandt, Collector (Milorad Krstic, 2018) es la ópera prima de un cineasta eslovaco afincado en Hungría y que tiene ya casi 70 años. La experiencia es un grado y está claro que lo que Milorad ha plasmado en esta película no se le ocurre a cualquier mente.
Es un largometraje animado que narra la historia de un psicoterapeuta que usa el arte para curar a sus pacientes. No obstante, desde hace unas semanas, Ruben Brandt (el nombre es resultado de la conjunción de Rubens y Rembrandt) está teniendo pesadillas muy vívidas en las que los personajes de obras pictóricas archiconocidas le atacan. Poco a poco las pesadillas pasan de ser sueños a magullar y hacer daño real a Ruben que, con la ayuda de sus pacientes, la mayoría criminales, decide robar las trece obras que le atormentan para apoderarse de sus miedos y así superarlos.
Esta tarea no es nada fácil, pues entre estos cuadros se encuentran algunos de los más famosos del mundo como El nacimiento de Venus de Botticelli, Retrato de Renoir de Bazille, La traición de las imágenes de Magritte o Mujer con libro de Picasso.
Del arte al thriller
Estos robos hacen que el filme se convierta en un thriller policíaco. Mike Kowalski es el encargado de capitanear la investigación y tratar de cazar al Coleccionista, como ya se conoce a Ruben Brandt internacionalmente.
Kowalski irá acercándose al Coleccionista, no solo descubriendo quién es y cómo atraparlo, sino que también irá desvelando una parte de su pasado totalmente desconocida.
Acción, persecuciones, asesinatos y muchos coches destrozados también podrán verse en escena al más puro estilo thriller.
Estética y referencias
La estética de la película es loquísima. El protagonista, psicoterapeuta y ladrón, es el más normativo de todos. Hay personajes bidimensionales, otros con tres ojos, otros con dos caras literalmente. El diseño de la mayoría de los personajes está basado en la época cubista de Picasso, muy reconocible si se han visto algunos de sus cuadros.
Realmente parece que, al verla, estamos haciendo un repaso por la historia del arte y que los cuadros se pasean por la escena en forma de personajes. Además de esto, hay imágenes muy potentes y oníricas. En muchas ocasiones no se sabe si todo es un sueño de Brandt o verdaderamente está pasando.
Hay que sumar, a la multitud de referencias artísticas, una gran cantidad de referencias cinematográficas. Así, los hielos que echa en su bebida el detective Kowalski tienen forma de Alfred Hitchcock, en una de las persecuciones se puede ver la televisión de un edificio en la que se emite El Padrino, hay carteles de películas en la casa del padre de Brandt y un sinfín más que mis cortas entendederas no habrán sabido captar.
Buscar todas las referencias
Es un poco turbador ser consciente de que no estás pillando ni la mitad de la mitad de las referencias de la película. Habría que analizar fotograma por fotograma para poder extraer la cantidad de información que aparece en pantalla a cada segundo. Pero merece la pena verla, aunque solo sea por la historia, en la que también se habla de experimentación y de la división de Berlín tras la Segunda Guerra Mundial.
Ya digo, imposible abarcar todo en un solo visionado y en un solo artículo. Espero que al menos haya despertado la curiosidad del lector. Para abrir debate y seguir encontrando referencias en Ruben Brandt, Collector siempre nos quedarán los comentarios.