Entrevista a Cecilia Gessa sobre ‘Fahrenheit 108’, la obra de teatro distópica que tienes que ver
Fahrenheit 108 es una tragicomedia distópica. Esta obra de teatro nos transporta hasta el año 2070. En esta sociedad del futuro no se pueden tener relaciones sexuales y procrear es un delito llamado Fahrenheit 108, delito castigado con la muerte. Si cometes un Fahrenheit 108, sabes que no habrá ningún tipo de absolución posible. En el Teatro Lara hasta el 7 de enero. Consulta los horarios de función a través de este enlace.
A través de dos personajes, la Capitana Tyr -una bombera veterana con una impecable carrera- y la Sargenta Jan -alumna número uno de la academia de bomberos-, la obra Fahrenheit 108 recorre temas como la sexualidad, la procreación, la pasión, el amor, el culto al cuerpo, la urgencia climática y los propósitos que creemos tener.
Entrevistamos a Cecilia Gessa, productora y directora de Fahrenheit 108
-La obra Fahrenheit 108 se escribió antes de que estallara la pandemia, pero la historia le viene que ni pintada al momento actual… ¿Qué conexiones podemos encontrar entre la obra y la realidad?
Efectivamente, Fahrenheit 108 está más de actualidad ahora, que si la hubiéramos estrenado el 15 de abril. Son varias las conexiones que podemos encontrar como la distancia social y la prohibición de relacionarte con los demás libremente. También transitamos temas como la desigualdad de género y social, los abusos a las personas mas desfavorecidas y vulnerables, el maltrato a nuestro planeta y sus consecuencias, por el culto al cuerpo y sus efectos secundarios, el capitalismo, la pasión, el amor, la sexualidad y la natalidad.
Al encontrarnos en el año 2070, aprovecho para mostrar el tipo de sociedad que habitamos y conocemos, e invito a reflexionar y preguntarse: ¿qué tipo de vida sería la “ideal” para poder convivir en un mundo más justo y sostenible? ¿Qué necesitamos para darnos cuenta que planeta solo hay uno? ¿Qué podemos hacer para convivir con los demás de manera pacífica?
Con Fahrenheit 108 he querido además de entretener, remover, y por ello he aprovechado para mostrar las carencias de una sociedad consumista, egoísta y con una gran doble moral.
Cecilia Gessa, directora y productora de Fahrenheit 108.
-También hay mucho de “romper con las imposiciones” y de “no ser parte del rebaño”. ¿Cómo se muestran estas ideas en escena?
Con Fahrenheit 108 he querido además de entretener, remover, y por ello he aprovechado para mostrar las carencias de una sociedad consumista, egoísta y con una gran doble moral que a mí, personalmente, me enerva. Para ello, me he valido del magnífico e inspirador texto de Javier San Román que junto a las imágenes que se ven a lo largo de la representación, apoyan y guían al espectador hacia un viaje a lo más hondo de sus propios ideales, propósitos y prejuicios.
Ha sido un proceso lento, laborioso y muy enriquecedor, un año de búsqueda de material y edición. Cuando los tuve editados, añadí las voces de las actrices que tenía grabadas de los ensayos y así me fue más fácil imaginar esta parte visual dentro del montaje, con todos sus elementos. Otro ingrediente esencial fue la música de Juan Antonio Simarro, para terminar de darle personalidad y empaque y poder crear estímulos, no solo visuales e intelectuales, sino también sonoros.
-Hablando de estímulos, me resulta también muy interesante el tema de frenar cualquier sentimiento o pulsión animal… ¿Crees que cada vez vemos más de esto en la educación y en las normas sociales establecidas?
Creo que vivimos en una sociedad muy hipócrita, la doble moral, como comentaba antes… Todo está hipersexualizado ¡todo! Los anuncios y la publicidad son muestra de ello; pero luego se escandalizan de que los adolescentes sean cada vez mas liberales e imiten a sus ídolos, esos que mueven tantas masas y que las marcas alaban tanto.
Las pulsiones, si son con bondad, no tienen porqué ser perjudiciales, el problema viene cuando la desinformación cala, cuando la masa no escucha, no atiende, sigue hacia delante sin pensar siquiera bien a quien votan. El derecho a voto es un privilegio que deberíamos tomarnos todos muy en serio. Con la pandemia hemos visto las carencias que tiene nuestro país en cuanto a educación, investigación, sanidad y un largo etcétera.
-¿En qué novelas o cualquier otra obra del género distópico os habéis inspirado tanto Javier San Román, a la hora de escribir el texto, como tú, al darle vida sobre las tablas?
Además de la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y la película de Ramin Bahrani, que seguro han tenido mucho que ver, a Javier le interesaban, sobre todo, las contradicciones humanas. Partiendo de eso, se le ocurrió escribir una sátira sobre un mundo en el que un régimen totalitario decidía acabar con los problemas que causan los instintos de reproducción por la vía más drástica. O sea, prohibiéndolos y castigando con la muerte al que se atreva a dejarse llevar por ellos.
A mí, personalmente, la inspiración me viene de muchos lugares, sobre todo lo vivido y experimentado a través de toda una vida rica en vivencias y aventuras varias, además de mi pasión desde pequeña por el cine, la televisión, radio, podcast y ahora también las series.
Es un ‘mejunje’ que, junto a mi capacidad de soñar e imaginar nuevos mundos y el texto de Javier, solo tuve que dejarme llevar e ir montando todas las piezas. Hasta que no tuve el montaje claro en la cabeza, me prohibí a mí misma ver cualquier película o serie que pudiera influenciarme en la elaboración hacia el universo F108. Quiero pensar que, aunque está todo inventado, he conseguido guiarme por mi personalidad e imaginación; esto para mí es magia.
-¿Qué papel juega la música en esta obra? ¿De qué forma marca las tramas?
En mis anteriores montajes no había añadido música durante la función, solo durante la entrada de público en sala y en los aplausos finales; sin embargo, en F108, tenía muy claro que la música iba a jugar un papel esencial, tenía que ser algo muy especial: “el sonido Fahrenheit” acompaña y ensalza la atmosfera en todo momento que, junto con el material visual y la puesta en escena. Es una fusión fantástica que genera el universo enigmático que buscaba.
-¿La obra está narrada desde una ‘visión femenina’? ¿En qué momentos queda patente?
Los personajes inicialmente escritos por Javier San Román eran masculinos, yo les cambié el género porque me parecía más atractivo transitar temas como la trata de blancas, la violencia, la desigualdad, la natalidad, entre otros, desde la Capitana y la Sargenta, y aunque en apariencia son mujeres, en F108 no hay hombres o mujeres, son mutantes con “órganos interiores o exteriores”.
Queremos tener las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito profesional y personal, tenemos que poder decidir cómo queremos que sea nuestra vida.
Cecilia Gessa, directora y productora de Fahrenheit 108.
-¿Crees que existe la llamada visión femenina o no consideras que dicha visión colectiva sea una realidad?
Claro que hay una visión femenina, aunque mi sensación es que está poco definida, y hay colectivos que son para mi gusto demasiado agresivos. La clave es la igualdad. Queremos tener las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito profesional y personal, tenemos que poder decidir cómo queremos que sea nuestra vida. Somos capaces de compatibilizar la vida profesional y la personal, podemos trabajar, ser madres y cuidar de nuestras familias, somos unas heroínas.
Como se dice en F108 “la historia se estudia para no volver a cometer los mismo errores”. A lo largo de la historia se ha visto como las mujeres carecían de derechos, no podían trabajar, no podían votar y gracias a mujeres activistas, científicas, políticas, artistas, pensadoras y escritoras de todos los tiempos hemos ido tomando fuerza. Pero no podemos ni debemos bajar la guardia. Entre mis referentes femeninos están Virginia Wolf, Frida Khalo, Simone de Beauvoir e Irene Montero. En el caso de Montero, es un soplo de aire fresco, siento que me representa, necesitamos más mujeres como ella.
-¿En qué próximos proyectos estás trabajando como directora y actriz?
Ahora mismo estoy más centrada en la faceta de directora y productora que en la de actriz. Acabo de terminar el montaje de el cortometraje Nuestros hijos, de temática social LGTBI, que presentaré en 2021. Hay una trilogía de cortometrajes Quizás sucede algo, que se pueden ver en la página del notodofilmfest y que trata temas sociales como la agresión sexual, la sororidad y la bisexualidad a partir de los 50 años. Además, tengo una serie, una comedia, que espero un día vea la luz y en breve comenzaré el montaje de Extafadas 2.0, una comedia. Y más cositas que ya estoy maquinando…
Gracias por atendernos, Cecilia. Te deseamos muchos éxitos.
Cuestionario furioso de Cecilia Gessa:
Película favorita: Yo, Daniel Blake, de Ken Loach.
Serie favorita: Girls, Shameless, The good Wife, The Boys… ¡Muchas!
Cantante, músico o grupo favorito: Rozalén, escucho mucha música disco de los 80s, Guns and Roses…
Artista plástico favorito: Frida Khalo, da Vinci, Velázquez, Goya…
Cómic favorito: Bitchy Bitch de Roberta Gregory
Libro favorito: Mongo blanco de Carlos Bardem y Teoría Kink Kong de Virginie Despentes.
Miedo tecnológico: Que ‘hackeen’ mis cuentas.