‘Noviembre’, de Matt Fraction y Elsa Charretier: Tres mujeres. Dos autores. Una noche.
Noviembre es la última historia auto autoconclusiva de Image Comics que nos ha enganchado de principio a fin.
No en vano, corre a cargo de Matt Fraction y Elsa Charretier, dos de nuestros autores preferidos.
El resultado es un cómic de acción de la más alta categoría, en el que tres mujeres se encuentran en el lugar y el momento equivocados.
¿El precio a pagar?
Su propio pellejo.
Noviembre: Nunca te fíes de una yonqui
Dee es una tipa lista. En algún momento del pasado, incluso es posible que fuera guapa. Pero tiene un serio problema: no puede resistirse ni a las drogas ni a los coños. Y, como ella misma dice, “nunca te fíes de una yonqui”.
Un pasado repleto de desengaños amorosos y abuso de sustancias le ha dejado con el corazón roto y una cojera perpetua a causa de una de tantas palizas recibidas. La ciudad, sin embargo, ofrece un amplio abanico de posibilidades a una chica dispuesta a prácticamente cualquier cosa para conseguir dinero fácil.
Un buen día, un hombre gordo y con dudosas intenciones le aborda en una cafetería y le ofrece un salario de quinientos dólares diarios por realizar un trabajo. Este consiste en presentarse todos los días en una caseta situada en el tejado de un edificio concreto, justo antes de que amanezca, y locutar las soluciones del crucigrama del periódico a través de una radio clandestina.
¿Es esto demasiado bueno para ser verdad? No. ¿Demasiado para ser legal? Claro que sí.
Dee, sin embargo, acepta la oferta, y durante un tiempo todo parece ir bien. Pero quinientos dólares al día dan para mucho vicio. En la noche del 30 de octubre, a Dee se le escapa de las manos, y no llega a tiempo a la caseta a la mañana siguiente.
Y entonces se desata el infierno.
Noviembre, un arma cargada
Emma-Rose no se deja amilanar por nada. Criada entre maizales, los demás niños de su pueblo la retaron a volar una cometa más alto que nadie. Cuando se le acabó la cuerda, empalmó todas las del resto de niños. Y cuando estas también se acabaron, utilizó los cordones de sus zapatos.
Así terminó volando la cometa hasta bien entrada la noche, cuando su padre apareció para recogerla. Este mismo espíritu fue lo que le empujó a emigrar a la gran ciudad, empeñada en vivir según sus propios términos.
La tarde del 31 de octubre, Emma-Rose vuelve a casa con un par de bolsas de compra. Hace frío y llueve. Su edificio es el mismo desde el que Dee intentó salir por patas hace unas horas. La pistola con la que hizo lo posible por defenderse yace en un charco del suelo, frente a la puerta.
Al ver que se trata de un arma real, y cargada, Emma-Rose coge su teléfono móvil y llama a la policía. La persona que le atiende al otro lado de la línea es Kay, una mujer afroamericana que simplemente lleva demasiadas horas seguidas trabajando. Y en lugar de irse a casa a abrazar a su esposa, continúa cogiendo llamadas.
Noche de chicas
En un pasado no muy lejano, Kay fue más que una mera telefonista. Ella quería ser policía, y por los motivos más loables. Al ingresar en el cuerpo, sin embargo, se topó con personas muy diferentes: agentes de moral laxa que se tomaban ciertas licencias. Entre ellos, el gordo que le ofreció a Dee el trabajo de la caseta y los crucigramas.
Al principio, todo se reducía a alguna que otra fiesta con bebidas gratis y parte de la droga confiscada en comisaría. Kay, sin embargo, no tardó en percatarse de estar ante la punta de un iceberg de delincuencia y corrupción que trascendía al cuerpo de policía. De modo que se fue de la lengua, y por ese motivo fue relegada a contestar llamadas.
Antes de que Emma-Rose pudiese terminar la suya, se encontró atada de manos y pies en el maletero de un coche. Luego, en una nave abandonada. Y en el mismo cuarto que ella, la pulpa sangrante de Dee, amarrada a una silla.
Pese al cansancio acumulado, Kay no tarda en conectar la llamada fallida de Emma-Rose con la ausencia repentina de ciertos policías. Ante la imprudencia de comunicar sus sospechas a nadie, decide tomarse la justicia por su mano, en un último intento, de paso, por limpiar su nombre.
Violentas y malhabladas
Noviembre es la historia de tres mujeres que no se conocen entre sí, pero que coinciden en la madrugada fatídica de un 1 de noviembre.
Sin comerlo ni beberlo, se ven envueltas en una operación criminal que termina por desatar el caos en su ciudad y en sus propias vidas.
El cómic alterna una acción trepidante con las historias personales de sus tres protagonistas. Y lo hace de forma no lineal, saltando en el tiempo entre charcos de sangre y estallidos de plomo. Violento y malhablado, Noviembre va administrando suficientes retazos de información al lector como para mantenerle enganchado, aun entre la confusa explosión de acontecimientos que se van sucediendo de una página a otra.
Y en el núcleo de toda esta acción, los anhelos y esperanzas de tres personas rotas (por un motivo u otro) que se necesitan para sobrevivir.
Noviembre en cuatro entregas
Noviembre corre a cargo, principalmente, de Matt Fraction y Elsa Charretier. Del primero ya hablamos hace tiempo cuando revisamos Sex criminals. Y a la segunda la descubrimos hace poco, en Amor eterno, también de Image Comics.
Casado con Kelly Sue DeConnick (autora de, entre otras obras, Bitch planet y Bella muerte), Fraction es un guionista ya consolidado, ganador de tres premios Eisner y dos Harvey. Charretier, por su parte, es una joven dibujante que se está estableciendo como una de las más interesantes del medio, con su expresivo estilo cartoon que recuerda bastante al de leyendas tales como Darwyn Cooke o Bruce Timm. En Noviembre realiza su mejor trabajo, en nuestra opinión.
Digna de mención es, también, la labor de Matt Hollingsworth, el colorista. Y de Kurt Ankeny, el letrista que se encarga de darle una caligrafía diferente a los diálogos y monólogos internos de Dee, Emma-Rosa y Kay.
Noviembre terminó de publicarse en cuatro tomos de pasta dura en febrero de 2021, en Estados Unidos. Originalmente iban a ser tres, pero no vemos cómo podría haberse compactado más la historia y nos alegra que Image le diese el margen necesario a sus autores para contarla como deseaban.
En español, Noviembre fue publicado nueve meses después en forma de tomo único, a cargo de ECC Ediciones, y todavía puede conseguirse fácilmente en librerías y tiendas especializadas.