‘The Kingdom Exodus’, la serie de Lars von Trier vuelve al terrorífico hospital después de 25 años y puede que sea su último trabajo
The Kingdom Exodus recupera la trama de The Kingdom 25 años después. Volviendo a pasear su cámara por los terroríficos – e irónicos -, pasillos del hospital de El Reino.
Las series y películas navideñas suelen tener una temática tierna y familiar. Pero, para aquellas personas que sean un poco más como Miércoles Addams, quizás prefieran el contexto navideño de Lars von Trier, el director danés de 66 años que padece la enfermedad de Párkinson, según informó en 2022 su productora, Zentropa.
La serie disponible en FILMIN The Kingdom Exodus es una contemporánea secuela de The Kingdom (1994). La trama, una lucha entre el bien y el mal dentro del hospital danés El Reino. Cuando un médico sueco, se sumerge en su país nórdico rival. Sin embargo, más allá de estar enmarcada en el género de terror, este se ve difuminado bajo la sátira y el humor irónico y absurdo. Donde incluso algo tan banal como montar una silla de IKEA resulta uno de los momentos más hilarantes de la serie.
La lucha entre suecos y daneses se plasma de forma extraordinaria con situaciones tan absurdas como inquietantes. Un retrato de la sociedad que se ve absorbida por todo el mal que la subyace.
El director danés Lars Von Trier es uno de los más populares. Por su peculiaridad, por su originalidad, así como por su exquisita calidad cinematográfica. Sin embargo, también es conocido por sus polémicas declaraciones políticas. Así como su clara línea misógina en la que sitúa a mujeres protagonistas en sus películas, para convertirlas en ejes del mal.
En la serie The Kingdom Exodus continua esa misma línea, de forma incluso más descarada. La protagonista que vertebra el mal dentro del hospital es una mujer de la tercera edad. Aquí, el género y la edad interseccionan para convertirse en la figura con mayor peso de malignidad. Junto a esto, además, el director aprovecha el contexto de la nueva secuela y su estética de humor absurdo para enmascarar todos los aspectos misóginos que en anteriores películas siempre perpetuó.
El Anticristo de 2009 donde la mujer y la búsqueda de su placer sexual eran el detonante del destino fatal, se trasladan ahora a los pasillos de un hospital. Donde el acoso sexual en el ámbito laboral, la diversidad étnica o la diversidad funcional se convierten en una mofa absurda envuelta en una obra audiovisual de calidad técnica y narrativa excelente.
The Kingdom Exodus, de Lars von Trier: una serie siniestra donde lo más terrorífico es lo que enmascara el humor
La serie de Lars von Trier, secuela o Éxodo de The Kingdom, parece uno de los colofones finales del cineasta danés. Donde sublima de forma explícita todo aquello que siempre retrató. Durante años ha realizado películas de gran calidad cinematográfica. Las cuales ocultaban un subtexto altamente misógino. Donde la sexualidad de la mujer siempre se situaba en el centro. Como eje del mal. Convirtiendo a la mujer como culpable de todos sus males – y los ajenos -, por el simple hecho de buscar su placer.
Grandes ejemplos de ellos son Anticristo (2009) y por supuesto Nymphomaniac (2013). Largometraje de 4 horas, dividido en dos. Donde se retrata el constante sufrimiento de la protagonista por su adicción al sexo – o al menos así lo pinta el director -.
En la nueva serie, el cineasta vuelve a poner en el centro de todos los males a la mujer. Pero, en este caso, además, varios aspectos más son esbozados como detonantes de situaciones rocambolescas. Una de las principales, la mofa hacia el alejamiento del binarismo de género. Junto a esto, el acoso sexual en el ámbito laboral es constantemente abordado durante los 5 episodios. Y bajo el humor satírico y supuestamente crítico, vuelve a enmascarar el mensaje que construye a la mujer como culpable de dichas situaciones. La diversidad étnica y funcional también son retratadas. En definitiva, el director danés no deja títere con cabeza.
Sin embargo, este humor tan absurdo y satírico se convierte en la mejor baza de la serie. La cual hibrida a la perfección con la atmósfera siniestra y diabólica del hospital. Así como su narrativa visual excelsa que vuelve a demostrar la gran capacidad cinematográfica de Lars Von Trier, que enmascaran a la perfección el desafortunado subtexto.
The Kingdom Exodus: cómo leer las instrucciones de un mueble de IKEA o cómo conducir un Volvo, en Dinamarca
Tan absurdo como suena, así se representa. Las situaciones más alocadas son aquellas que acontecen dentro del hospital. Donde el protagonista es encarnado de forma extraordinaria por Mikael Persbrandt. Conocido internacionalmente por su papel secundario en Sex Education (Netflix, 2019-). Este, interpreta a Helmer Jr., hijo del protagonista de The Kingdom, Stig Helmer. Interpretado en los años 90 por Ernst-Hugo Järegård.
Este, es el que interpreta al sueco que debe adaptarse a las costumbres danesas. Provocando situaciones tan absurdas como divertidas. Algunas incluso, siguiendo las costumbres de su padre. Lo cual crea un fuerte nexo narrativo con la serie original y su universo diegético compartido. Uno de los ejemplos, el llevar siempre encima los tapacubos de su coche Volvo – coche sueco, en tierra danesa -.
Acostumbradas al cine más violento o terrorífico del director danés, su humor absurdo sorprende para bien. Aunque ciertas bromas escuecen demasiado, es inevitable reconocer el valor narrativo de la obra.
The Kingdom Exodus: o cómo visibilizar a las mujeres de la tercera edad como seres diabólicos
La representación de La abuela (Paco Plaza, 2022) sobre el género y la edad tenía una crítica social evidente. La cual es perfectamente llevada de la mano del gran Carlos Vermut, hacia la extraordinaria cámara de Paco Plaza. Una figura terrorífica, que esconde un subtexto brillante. Esbozado además en una atmósfera fantástica.
En el caso de Lars von Trier, la siniestra figura de la mujer anciana sonámbula es incuestionable. Karen se convierte en portadora de todos los males. Interpretada de forma brillante por Bodil Jørgensen. Su entrada al hospital de El Reino no tendrá vuelta atrás.
Todos los detalles son perfectamente cuidados por el director y guionista. Incluso los créditos. Donde parece que hace un guiño a su, ya extinguido, Dogma 95. Movimiento análogo de la Nouvelle Vague en Dinamarca. Donde se apelaba al cine más puro, y se establecía como una de las normas la desaparición de la firma de autor. Algo a lo que se hace referencia de forma sutil con su aparición tras el telón, mostrando solo sus pies, mientras los títulos de créditos finales aparecen.
Sin embargo, estos no son los únicos detalles abordados. También aquellos que retratan a la perfección el subtexto misógino y discriminatorio hacia diversos colectivos son axiomáticos. Incluso a través de los colores. Donde, qué casualidad, el morado es el que representa la expansión de los espíritus del averno.