‘Hunt. Caza al espía’ y otros ejemplos de que el cine coreano se está occidentalizando
Si os hablo de Lee Jung-jae, quizá os quedéis igual, pero si os digo que ese es el nombre del protagonista de El juego del calamar, ahí ya cambia la cosa. Pues sí, Lee Jung-jae, el protagonista de uno de los mayores éxitos de la plataforma Netflix, se decidió a dirigir y protagonizar Hunt. Caza al espía, un film que confirma lo que muchas nos temíamos, el efecto Parásitos y El juego del calamar está teniendo el efecto opuesto al esperado.
Después del Oscar a Parásitos y del éxito internacional de la famosa serie de Netflix, lo normal habría sido esperar que una cinematografía tan particular, excelsa y diferenciada de la occidental como la coreana, se reforzara y siguiera produciendo cine y series con esa identidad tan propia, ¿no? Pues no está siendo así, más bien al contrario. El cine coreano se está occidentalizando.
Quien busque en el cine coreano actual señas de la obra de Kim Ki-duk o de ya clásicos como, OldBoy, Dos hermanas, Memories of Murder, Encontré al diablo, o El Extraño, se va a encontrar con algo que, aunque en un primer momento pueda parecer parecido, tiene mucho más que ver con el cine de Hollywood de lo que nos gustaría…
El cine coreano que descubrimos a comienzos del siglo XXI
Podemos encontrar excelentes obras de cine coreano en cualquier década de mediados a finales del siglo XX, pero es en el siglo XXI cuando muchos perdimos la cabeza con películas de directores como Park Chan-wook, Jee-woon Kim y Bong Joon Ho, director de la cacareada Parásitos.
Descubríamos un tipo de cine caracterizado por guiones con giros tan increíbles como sus personajes, una narrativa visual virtuosa, preciosista y arriesgada, excelentes bandas sonoras, violencia (aunque no siempre, la maravillosa Castaway on the moon es un ejemplo), una cuidada dirección artística y algunos actores como Song Kang-ho, Choi Min-sik y Lee Byung-hun o actrices como Hye-ja Kim y Lee Yeong-ae con las que no podías hacer otra cosa que rendirte a su talento.
Tan solo era cuestión de tiempo que el cine occidental abalara, con sus ridículos premios, la calidad de un cine que hacía años que estaba ofreciendo de lo mejor del panorama cinematográfico internacional.
Ahora estamos recogiendo el resultado de esos premios, de ese éxito que colocó el cine y la producción audiovisual coreana bajo la mirada de todos.
El año pasado se estrenó una película que ahora llega a nuestros cines, Hunt. Caza al espía, un ejemplo de la pérdida de identidad del nuevo cine coreano. En el pasado Festival de Sitges, además de Hunt. Caza al espía, también pudimos ver otros ejemplos de cómo el cine coreano se está transformando en algo cada vez más alejado de lo que lo hizo famoso y admirado. Ahí van algunos ejemplos que llegarán este año a nuestras pantallas:
Hunt. Caza al espía, de Lee Jung-jae
La ópera prima de la estrella de El juego del calamar, es una cinta de espías frenética con muchos claroscuros. Parece una película de Christopher Nolan y eso acarrea algunas cosas buenas y otras que no lo son tanto.
La película, ambientada en los años 80, está protagonizada por el excelente actor Jung Woo-sung y Lee Jung-jae. La pareja de actores interpreta a dos altos cargos de la seguridad que, después de que asesinen al presidente Park, buscarán a un posible infiltrado de Corea del Norte enviado para obtener información pensando en una futura invasión.
Thriller de espías adrenalínico y bien rodado que, como el cine de Nolan, redunda en el mismo tema dando una sensación de repetición y mareo que acaba resultando ridícula.
Entretenidas escenas de acción, muy hollywoodienses, dan pie a aburridísimas escenas de charlas entre personajes que van cambiando de máscara a lo largo del film, hasta llegar a un final completamente desastroso que podría parecer un chiste, pero que por desgracia está contado muy en serio…
Prescindible cine de acción y espías interpretado por coreanos que podría estar dirigido por un alumno aventajado de Christopher Nolan, o incluso por él mismo.
Emergency Declaration, de Han Jae-rim
Convencional cinta de catástrofes coreana que reúne a un reparto con muchos de los mejores actores de su industria (en, sin duda, sus peores interpretaciones) y los encierra en un avión (a casi todos) junto a un farmacéutico loco que amenaza con un virus mortal. Estos son: Lee Byung-hun, Song Kang-ho, Im Si-wan, Jeon Do-yeon, Kim Nam-gil, y Kim So-jin.
Una película más sobre un avión que encierra a un terrorista, en este caso amenazando con un virus que dejaría al COVID como un simple resfriado.
Emergency Declaration funciona como el típico blockbuster de Hollywood, que mezcla escenas de tensión, enfermedad y catástrofes con otras melodramáticas, aburridas y simplonas con el objetivo de sacarte alguna lágrima. Con un servidor funcionaron a la inversa, se me estaban secando por lo pesadas que se me hicieron su casi dos horas y media de duración.
A Man of Reason, de Jung Woo-sung
La mejor de estas tres películas. Intenso thriller con el mejor comienzo de las tres. Un comienzo que consigue engañarte y pensar que realmente estás viendo una película coreana. Lo podría haber sido, porque tiene todos sus elementos, pero no, finalmente se convierte en una nueva americanada con algún que otro toque oriental y original que parece ser más anecdótico que propio e identitario.
Cine de venganzas descafeinado dirigido por el protagonista de Hunt. Caza al espía, otro actor que se pasa a la dirección y que, como la estrella de El juego del calamar, peca de precavido. A Man of Reason es una película que cuando parece que se va a arriesgar y ofrecernos alguna escena genial, su director echa la macha atrás. Como si tuviera miedo o como si desde producción le dijeran que algo así puede que no guste en un mercado tan conservador como el estadounidense.
Una pena, ya que en la industria del cine coreano podemos encontrar muchas de las mejores películas de venganzas de los últimos años. Aún así la película es entretenida y deja ver lo que podría haber sido si no se hubiera hecho pensando en gustar al mayor número de público posible.
Entiendo que es un negocio y que todo el mundo quiere ganar “cuartos”, pero ese no puede ser el primer objetivo de una producción audiovisual de estas características.
Saludos furiosos.