¿Un maltratador puede ser un buen padre?
Franghia Ballesteros (Fran) es una bailarina y coreógrafa mexicana que sufrió violencia machista. Es, además, madre de un niño de tres años y ha sufrido discriminación por ser mujer e inmigrante cuando emprendió el proceso judicial que pondría negro sobre blanco el maltrato sufrido. Fran es una de las participantes del necesario proyecto #EstamosAquí creado por Calala Fondo de Mujeres. Gracias a su valiente testimonio, volvemos a cuestionarnos si un maltratador puede ser un buen padre. Ella tiene muy claro que no. Y nosotras también.
Franghia Ballesteros: “No creo en esa separación entre un ‘buen padre’ y un maltratador”
Cuando Franghia Ballesteros se dio cuenta de la decisión de emprender un proceso judicial, le surgió una sensación de respeto por todas las mujeres que toman esa iniciativa porque, “no te das cuenta que cuando tú entras en ese sistema va a ser devastador”. Tal y como nos cuentan desde Calala, sumado a esta situación de extrema vulnerabilidad, el contexto de ser una mujer extranjera acrecienta una discriminación y racismo dentro del propio sistema.
Franghia llegó a España con un proyecto de familia. Deseaba que su hijo pudiera tener una vida con más oportunidades. Sin embargo, al poco tiempo de llegar comenzó a sufrir una violencia muy silenciosa. Una violencia que la iba empequeñeciendo y la aislaba poco a poco. A esto hay que sumar que era una recién llegada en un país extraño y que se encontraba desprovista de los apoyos sociales y familiares que podía tener en México ante una situación de este tipo.
Franghia lo había dejado todo atrás: su proyecto de vida y su proyecto laboral. Su mundo se llenaba de violencia y su hijo seguía creciendo en un ambiente hostil. Pero dijo basta y se encontró con el soporte de una red de mujeres que la aupó y la fortaleció frente al maltrato. “No creo en esa separación de un ‘buen padre’ y un maltratador, estás hablando de una misma persona que no es ética ni coherente con su propia vida”, afirma rotunda.
Un proceso judicial que revictimiza y puede ser devastador
“Al iniciar el proceso judicial por malos tratos y violencia me di cuenta que también existe esta hostilidad dentro del sistema. El ‘¿Por qué?’ y ‘¿Por qué lo hiciste?’. Es un sistema totalmente confrontativo. Un sistema jurídico donde las emociones no tienen lugar cuando tu vienes de un proceso donde la emoción lo fue todo”, explica Franghia Ballesteros.
La hostilidad del sistema es algo que marca a la gran mayoría de mujeres que pasa por un proceso judicial de este tipo, donde deben revivir una y otra vez lo sufrido y donde no suelen encontrarse con profesionales con la formación en género que se debería requerir para abordar estos casos. Se habla así de una violencia estructural del sistema judicial que, en demasiadas ocasiones, culpabiliza a la víctima y, tal y como recuerda Franghia, “puede ser devastador”.
Pilar Martín Nájera, fiscal coordinadora de Violencia sobre la Mujer, aseguraba en esta entrevista en elDiario.es que le preocupa especialmente la desconfianza de las víctimas hacia el sistema judicial y el incremento de la violencia machista entre los adolescentes. Una generación que ha vivido bajo los criterios de igualdad y de autonomía de la mujer pero que sigue reproduciendo viejos patrones.
Ser mujer migrante en un proceso de maltrato y violencia
Los datos hablan por sí solos. En España, una de cada tres mujeres asesinadas es extranjera. 338 mujeres migrantes fueron asesinadas entre 2003 y 2019. “El contexto de ser una mujer extranjera y, me atrevería yo a decir, una mujer latina, acrecienta una discriminación y racismo dentro del propio sistema”, explica Franghia Ballesteros. ¿Y qué pasa cuando hay menores? La situación se complica, el sistema judicial es lento y la sensación de desprotección de los menores en constante, debiendo cumplir en la mayoría de los casos con regímenes de visitas pautados y fijados por Ley hasta que hay una resolución judicial en firme.
“Es muy complejo tener un niño en un contexto de violencia, pero si algo deseo para mi hijo es que crezca con la sensibilidad y con la apertura de saber que, siempre, ser una buena persona nos va a dar más en la vida para construir un mundo mejor”, concluye Franghia Ballesteros.
A través de esta campaña y de la mano de sus cuatro protagonistas, Calala Fondo de Mujeres pretende poner el foco en la lucha por alcanzar un sistema judicial verdaderamente justo: libre de machismo y racismo, además de en la necesidad de una mayor inversión en herramientas para salir de situaciones de violencia y maltrato.
La de Franghia es la segunda de las cuatro historias vividas y contadas por mujeres migrantes en primera persona y las organizaciones que las apoyan. El pasado 5 de mayo Calala Fondo de Mujeres lanzó la campaña #EstamosAquí para dar visibilidad a distintas historias de mujeres migrantes contadas por su propia voz, no solo de maltrato, sino también de otras problemáticas. Tal y como nos cuentan desde Calala Fondo de Mujeres, son mujeres que tienen mucho que contar y enseñar, gracias a su dignidad, fuerza y ganas de salir adelante. Muchas de ellas viven algunas problemáticas como racismo, violencia machista, incumplimiento de derechos laborales y falta de autonomía económica.
Una vida precaria agravada por la discriminación
Aproximadamente, el 15% de las mujeres que viven en España son migrantes. La legislación y diversas barreras estructurales hacen que estas mujeres enfrenten obstáculos para acceder a un estatus migratorio regular, convalidar sus estudios o encontrar trabajos de acuerdo a sus carreras. Muchas se emplean como trabajadoras del hogar y de los cuidados. Un sector precarizado que les niega derechos básicos como cotizar a la seguridad social para conseguir una pensión, tener un subsidio por desempleo o vacaciones. A esto se suma que muchas de ellas se enfrentan a actitudes y discriminaciones racistas en su vida cotidiana.
A parte de sensibilizar a la sociedad sobre las problemáticas que viven las mujeres migrantes, Calala Fondo de Mujeres quiere evidenciar el valor tan importante que tienen las organizaciones de mujeres que las acompañan y trabajan por sus derechos. Desde 2009 Calala las apoya con recursos y acompañamiento para que puedan impulsar sus proyectos a favor de la diversidad, la igualdad y condiciones de vida dignas para las mujeres.
Fuente: Calala Fondo de Mujeres.
Ilustración de portada: ©Augusto Ramírez.