Miet Warlop revisita el Teatre Lliure y Deflorian/Tagliarini se estrenan en Barcelona
En el escenario de After All Springville, una casa casa expulsa humaredas de colores. Un hombre de color verde sale llevando una bolsa de basura y la deja fuera. Una elegante mesa, que no desea más que estar bien parada, pasea. También aparecen un pantalón muy largo y una caja de fusibles frustrada. En After All Springville, la casa es una cama elástica, un trampolín para la imaginación. Así es el imaginario de Miet Warlop, una de las artistas más vanguardistas de las artes en vivo del momento.
Después de haber presentado Mystery Magnet en la temporada 19/20, la artista belga vuelve al Teatre Lliure con este espectáculo, una relectura de su obra icónica Springville (2009). En el mundo imaginario de Warlop, todo está en constante movimiento, todo es simbiosis y metamorfosis, todo adquiere vida propia, incluso los objetos inanimados.
En After All Springville encontramos una casa viva y criaturas medio humanes-medio cosas para cuestionarnos el espacio que ocupamos, físico y mental; qué efecto tienen nuestros gestos. Cuestiones que podrían ser trágicas si no fueran también muy divertidas. Y en esta brecha se encuentra la sorprendente propuesta de Warlop para todos los públicos.
Tanto en el taller de Miet Warlop como en su imaginación, todo está en perpetuo movimiento. Los elementos constructivos se funden en una gran mutación que da vueltas. Los personajes y las imágenes de un espectáculo irrumpen en la siguiente pieza. Algunos comienzan a llevar una vida propia. Así, la mesa de Springville –de manteles blancos almidonados, elegantes piernas femeninas con medias negras y zapatos de tacón– irrumpe en una galería de arte para convertirse en una instalación autónoma. Doce años después de la creación del espectáculo Springville, Warlop lo retoma como un recuerdo que hay que revivir o como una canción que quiere versionar con un grupo nuevo.
After All Springville se desarrolla alrededor de una casa, sus habitantes y el barrio donde se encuentra. Con la ligereza de los dibujos animados, Warlop aborda las relaciones humanas: ¿cómo nos soportamos mutuamente en espacios pequeños? ¿Cómo podemos formar comunidades si no nos vemos nunca? Entre imágenes humorísticas y surrealistas, la artista nos cuenta la trágica historia de una comunidad fallida en la que es fácil vernos reflejados.
El espectáculo estará en escena en Gràcia el 28, 29 y 30 de abril en tres únicas funciones.
Deflorian/Tagliarini: Il cielo non è un fondale
Después del estreno de esta semana (del 28 al 30 de abril) en el Teatre Lliure de Gràcia de After All Springville de Miet Warlop, una de les artistas que encabeza la vanguarda de las artes en vivo de hoy día, toma el relevo la compañía italiana Deflorian/Tagliarini. Daria Deflorian y Antonio Tagliarini se estrenan en el Lliure y en Barcelona el próximo 5 de mayo con Il cielo non è un fondale, un espectáculo estrenado en 2016 en el Théâtre de VidyLausanne (Suiza) que ya ha triunfado en varias ciudades de Europa.
Il cielo non è un fondale (2016) es un diálogo casi filosófico entre lo que somos dentro y lo que somos fuera, entre el espacio ficticio del escenario y el espacio real exterior. Para eso les basta con cuatro intérpretes, una canción, un sueño y palabras, muchas palabras, las fundamentales y también las prescindibles, esas que, como los kilos de más, nos convierten en individuos de razón obesa.
Todas las cartas sobre la mesa y, después, a destilar hasta obtener las esencias, si es que eso es posible. “Los sueños nos dejan solos”, dice Didi-Huberman, solos ante un relato sin trama, sin principio y sin final. Y eso es, poco más o menos, este acto dramático que pone el fondo en primer plano en la relación entre sujeto y contexto, entre nosotros y el mundo
Il cielo non è un fondale combina palabra, canto y movimiento. Es una performance bailada entre el espacio onírico real y el espacio de ensueño, que cuenta con cuatro intérpretes, una canción, un sueño y palabras, muchas palabras. Daria Deflorian y Antonio Tagliarini, creadores y directores, son intérpretes también del espectáculo junto a Francesco Alberici y Monica Demuru.
Último estreno internacional en mayo: Anna Karasińska
Despedimos la programación internacional del Lliure de esta temporada con la directora polaca Anna Karasińska, que estrena en Gràcia el 25 de mayo su último espectáculo, en cartel hasta el 12 de mayo. Aún en creación y sin título, Karasińska presentará un montaje muy poco convencional, con un reparto formado por intérpretes no profesionales.
La directora polaca, vinculada al Nowy Teatr de Varsovia, debutó en el 2015 con Ewelina’s Crying, un espectáculo metateatral cargado de humor. Desde entonces, su trayectoria ha sido fulgurante, tanto en cine como en teatro.
Imagen de portada: Miet Warlop.