‘las brujas’: el original estilo de Celso Castro
las brujas, en minúscula, como su autor lo decidió, es la última novela de Celso Castro. Este autor nos conmueve con cada una de sus obras y ésta no es la excepción. Al avanzar en la lectura de este libro, nos damos cuenta de que es más que una historia mágica. El autor, de manera perfecta, nos adentra en la psique del personaje que relata su historia.
En las brujas, “un joven relata a modo de confesión la historia de su relación con Lorena, hija de una bruja y hermana de leche, ya que fue criado por una nodriza. Con una voz discursiva que sigue sus pensamientos más íntimos, asistimos también a la relación que mantiene con su familia, madre y hermano lo desprecian por su parecido físico con el padre que los abandonó. Hechizado por Lorena, se verá condenado tanto a amarla como a aborrecerla”.
Sueños, confesiones, digresiones… las brujas
Luego de atraparnos en la lectura de las brujas, todos nuestros sentimientos son removidos. Nos conmueve la hipersensibilidad del adolescente, nos hace sentir pena su difícil relación familiar, el maltrato emocional por parte de su madre y hermano. Esta historia tiene una enorme dosis de tristeza.
Sin embargo, no podemos evitar notar la gran cantidad de referencias en cuanto a aspectos oscuros: a las enfermedades, los entierros, los llantos, las visiones, los delirios, los muertos, las neurosis y paranoias, las violencias, los desmayos, las humillaciones, los odios, unido a los ritos vaginales, a los incestos reales o sugeridos, a la homosexualidad real o sugerida que contiene, lo que, a nuestro parecer, es innecesario y algunas veces exagerado.
Pero además de toda esa mezcla de sentimientos, el autor, conjuga muy bien algo de humor dentro de las brujas. El narrador juega y se divierte, pese a todo, con el destinatario de sus confesiones. Ese destinatario puede ser el lector, o tal vez el mismo narrador hablando para el mismo o por qué no, el propio autor de la novela.