Crítica ‘Agentes 355’: feminismo enlatado que no convence
El feminismo vende y la gran maquinaria capitalista hollywoodiense lo sabe (y lo explota). Sin embargo, al espectador ya no es tan sencillo darle gato por libre y huele el tufillo fast food a distancia. No son pocas las producciones en formato película o serie que tratan de exprimir la reciente gallina de los huevos de oro feminista. Algunas, también es verdad, con más aciertos que errores como Bruised de Halle Berry, y otras que, sin embargo, tratamos de olvidar como La vida sexual de las universitarias. Con la película Agentes 355, uno de los recientes estrenos en la cartelera española, nos encontramos ante un cóctel de porrazos, historias simplonas y feminismo enlatado que es muy probable que se te indigeste.
Una historia mil veces contada
Agentes 355 puede funcionar como una de esas canciones de pop facilón y despreocupado que repiten la fórmula de la Coca Cola una y otra vez. El producto funciona para las grandes masas porque no arriesga, no incomoda, es lo mismo que hemos visto tantas y tantas veces, lo que nos provoca esa predecible pero a la vez reconfortante sensación de lo ya conocido, de los caminos ya transitados. Sabemos a lo que venimos y la película cumple su función de proporcionarnos un rato entretenido (más o menos).
El problema está cuando a todo ese pastiche comercial bien orquestado (reparto de altura, belleza por doquier y ritmo habitual de montaje de acción) lo tratamos de envolver de feminismo, simple y llanamente, por tener un reparto de espías compuesto por mujeres. Dirigida por Simon Kinberg y coescrita con Theresa Rebeck, Agentes 355 no es otra cosa que una película pensada para hacer dinero sin exprimirse demasiado la sesera. Rápida, sencilla y efectista para llenar la saca y echarse a dormir.
Lo mejor de la película es Penélope Cruz que realmente hace un esfuerzo interpretativo y construye el personaje más entrañable y divertido de la cinta. Su personaje de Graciela, una terapeuta y madre de familia nada acostumbrada a las armas, llena la pantalla y aporta la poca verdad de la que puede hacer gala esta película. El resto del reparto, con Jessica Chastain a la cabeza (quien, además, es promotora de la peli), acompañada por Diane Kruger y Fan Bingbing no acaba de cuajar, a excepción de algunos buenos momentos de Lupita Nyong’o como la experta en ciberseguridad Khadijah.
‘Agentes 355’: una película hecha con prisas y con aire anticuado
Una cosa es que nos guste el estilo de los noventa, y otra es que el resultado sea noventero sin haberlo deseado. A esta película le pasa lo segundo. Da la sensación de que todo se ha hecho a destajo y con prisas, sin cuidar demasiado los detalles y sin ningún cariño. El resultado es que han conseguido cubrir el expediente, pero con una película de imagen anticuada, tramas cogidas con pinzas y sin ningún tipo de personalidad. Un pim, pam, pum en toda regla.
Los aires de superproducción de esta cinta se limitan al cartel y al reparto. El resto es puro telefilme. La película se hace pesada a pesar de las sucesivas escenas de acción que, en vez de conseguir dar ritmo a la historia, responden, como decíamos al comienzo, a la fórmula que presuponen de éxito en este tipo de cintas. La escena de acción llega en el momento que toca del metraje siguiendo la receta a pies juntillas, no responde a una necesidad de la historia y, en muchas ocasiones, descoloca más al espectador que otra cosa. Las más de dos horas de duración resultan excesivas.
Los objetivos de las agentes no acaban de quedar claros. Tampoco la historia de la agente 355 que motiva la película y que apenas se toca. Solamente se dan unas pinceladas al final de la película. Los personajes van entrando en escena como en una especie de sitcom con artistas invitados. Hacen los suyo, se van y listo. La película resulta en un batiburrillo de escenas que no parecen seguir una secuencia orgánica. No te llevarás casi nada de esta película al salir del cine. Puede que un rato de entretenimiento de baja calidad y algún atisbo de buena interpretación gracias a Penélope Cruz. Todo lo demás, en mi opinión, totalmente prescindible.
Ellas en los papeles de ellos
Aprovechando que el Pisuerga para por Valladolid y que lo del feminismo puede venir que ni pintado como ingrediente añadido para arrastrar a más espectadores a la taquilla, Agentes 355 sustituye los tradicionales papeles de hombres en el cine de acción por un grupo de féminas de lo más capaces en esto del espionaje. No me parece ni bien mi mal; pero la realidad es que todo resulta un poco forzado, sobre todo cuando tienes que pegar unos saltos del copón vendito entre los contenedores de metal de una lonja de pescado y lo haces con un medio tacón la mar de mono, pero que puede dejarte los tobillos destrozados al segundo brinco. Así no…
Viendo películas como esta, echo de menos que la inclusión de la mujer en este tipo de géneros cinematográficos, eminentemente ocupados y destinados al hombre, sea más natural y efectiva. Quizá no sea necesario que las cinco agentes secretas más importantes del mundo (encargadas de salvarnos a todos del colapso) sean lozanas y bellas mujeres. A lo mejor, llámame loca, también puede haber entre ellas algún estupendo agente que sea hombre y que las trate como un igual, no como el jefe paternalista de turno, el padre por el que la agente ha dedicado su vida al espionaje o el amor desdichado que ocupa gran parte de una trama principal. Creo que se pueden construir historias con perspectiva de género que no resulten tan inverosímiles y artificiales que provoquen el efecto contrario. ¿Estamos en el camino? Desde luego, con películas como Agentes 355 no.