‘Doctor Portuondo’, el extraño viaje de un millennial por el psicoanálisis
La primera serie de Filmin es justo lo que todos esperábamos. Doctor Portuondo (2021) quedará en la historia televisiva como esa extraña serie que nos hizo reír mientras que rebuscábamos, una vez más, en nuestro subconsciente millennial.
Al principio, quería criticar muy fuertemente esta serie. Quería criticarla de un modo destructivo porque tenía envidia. Envidia de que otra persona, que no fuese yo, hiciese una serie. Pero fui inteligente y, en seguida, lo camuflé con feminismo: “¡Qué bien que Filmin saque su propia serie, pero qué pena que la haga un hombre. Más humor heteromasculino, lo que faltaba!”. Conforme veía la serie, me vino mi habitual complejo de clase, ya que, en la serie, el que hace de Carlo Padial afirma tener casi treinta años y poder dedicarse a lo que le gusta gracias al dinero que sus padres le pasan cada mes. “Vaya, de nuevo, los niños ricos de izquierda sin talento controlando el discurso televisivo”. Pero todo esto era, afortunadamente, mentira porque Carlo Padial tiene talento y Doctor Portuondo es una serie maravillosa.
Doctor Portuondo tiene uno de los pilotos más grandiosos que yo he visto nunca. En él, vemos al protagonista, un neurótico narcisista, hablando de queso; de cómo compra y consume queso por encima de sus posibilidades; de cómo cuando va a los bares piensa que los camareros le juzgan y le miran mal por ello y eso le provoca comer queso a escondidas, como las ratas; hablando de su mayor miedo, que le apuñalen en un supermercado; de que odia su forma de vestir, como de homeless vende-biblias; y de cómo empezó a interesarse por el psicoanálisis porque de pequeño veía en casa libros de sus padres con nombres imposibles…
La selección de estas maravillosas anécdotas neuróticas, el diseño del guion de los monólogos del prota, la precisa dirección y la presentación de un personaje tan irremediablemente cómico (gracias, Nacho Sánchez) hacen que te levantes a aplaudir nada más terminar este capítulo.
Comedia y drama existencial, what else?
En el siguiente capítulo sabremos más del verdadero protagonista de la serie (ironía poética: el neurótico narcisista acaba robándole la serie al propio protagonista): el increíble Doctor Portuondo (Jorge Perugorría).
Este doctor es psicoanalista, pero no es uno cualquiera. Es un psicoanalista en cuyas sesiones también se analiza a sí mismo, porque él también se siente un paciente. Su sueño es volver a su antigua Cuba y aprender sobre psicoanálisis. Según él, es lo único que puede hacer pasar al ser humano de primate a humano civilizado.
Mientras que los momentos con Carlo son pura comedia, las sesiones con el Doctor Portuondo (genialmente interpretado también) son aspiracionales y existencialistas. Con ideas tan llamativas como “Los verdaderos agraciados son aquellos que son capaz de entrar a su subconsciente y salir con una obra de arte, sin volverse locos” o “En el mundo hay tres tipos de personas: los que viven la vida, los que la vida los vive a ellos y los que se viven a sí mismos.”
Este cambio de tono en algo que, en el piloto, se ha vendido como una serie cómica, es cierto que produce cierta extrañeza en los siguientes capítulos, porque pasa del punto de vista cómico a la reflexión profunda-existencial casi de golpe.
Cuando conoces el contexto en el que se creó la serie y que está basada en las experiencias reales del autor y de su difunto psicólogo, entiendes el hecho de que se ridiculice a sí mismo cómicamente y el tono de homenaje hacia el doctor y sus reflexiones. Sin embargo, así de primeras, cuesta un poco acostumbrarte. No puedes encajar la historia en un género y tono en concreto y, eso, a los espectadores de televisión comercial, nos jode muchísimo la cabeza.
La neurosis y el narcisismo crónico de los millennials
Otra de las cosas que engancha mucho de esta serie es el retrato que hace de nuestra época y de un perfil psicológico demasiado extendido entre los millennials (somos lo peor): los malditos neuróticos narcisistas. Aunque la serie se refiere a un tipo de neurosis más severa, ¿no somos todos un poco Carlo Padial? ¿Quién no ha salido huyendo de una tienda ante las supuestas caras raras de la dependienta? ¿Quién no se ha inventado historias para hacer que su vida parezca más interesante?
Doctor Portuondo es el viaje extraño y cómico de un millennial por el mundo del psicoanálisis de la mano del entrañable y salvaje Doctor Portuondo, un cubano que no era millennial pero que también necesitaba terapia.
Creo que es una serie radicalmente diferente a todo lo que se ha hecho en España hasta ahora, que todo el mundo debería ver ya, sin narcisismos, neurosis ni complejos millennials por medio. Abriros al Doctor Portuondo, será más fácil de lo que imagináis.