‘Never Rarely Sometimes Always’, crítica social disfrazada de película
La cineasta americana Eliza Hittman (The Beach Bums) decidió tomar el tema como el aborto de frente en una película tan fuerte como necesaria: Never Rarely Sometimes Always.
El aborto es un tema extremadamente difícil, pero es una cuestión importante tanto en términos de salud pública como de derechos de la mujer. Por esto se hace común que pocos largometrajes hayan tomado un riesgo frontal en este campo, particularmente en los países occidentales.
Pongamos primero el contexto: Autumn Callahan tiene diecisiete años y vive en Pennsylvania. Estudiante de secundaria y cajera para llegar a fin de mes. Pero su vida cambia al descubrir que está embarazada de 10 semanas, acudir a un centro “pro-vida”, y no conseguir una opción de aborto seguro.
Sobriedad y sencillez para un tema real
Never Rarely Sometimes Always se afirma desde el principio como una película muda y extremadamente sobria que trata de definir tanto lo que es ser un adolescente en la era del acoso sistemático contra la mujer, así como también de dibujar un cuadro (muy oscuro) del acceso al aborto en los Estados Unidos.
Eliza Hittman dirige un falso documental con dos actrices totalmente desconocidas, Sidney Flanigan y Talia Ryder, pero que captan y trasmiten de manera precisa el mensaje principal de la película.
El largometraje muestra así, en primer lugar, el calvario de una joven que está decidida a encontrar formas adecuadas de abortar.
Hittman logra no solo mostrar toda la propaganda antiabortista con la que bombardean a las jóvenes, sino que también muestra lo difícil que es abortar cuando estás sola sin nadie que te apoye o te entienda.
El otro aspecto crucial de la película es la aterradora visión de la situación de la mujer en el siglo XXI. Una época en la que la protagonista de la película sufre el abuso existente por parte de los propietarios de negocios a sus propios empleados. Donde las mujeres tienen que hacer cosas que no quieren hacer a cambio del dinero que no tienen. Donde son atacadas en el metro, en la calle o en su propia casa de forma horrible.
En definitiva, una obra maestra, real, que nos muestra las emociones de manera pura y sincera. Una película que habla de la realidad y de lo brutalmente injusta que puede ser la vida. Una película imprescindible sobre un tema muy sencillo que nos quieren vender como algo muy complicado.