‘Grendel’, de Matt Wagner: la poética de una respuesta violenta
Nos presentamos
A finales de los años 90, cayó en mis manos un cómic que me removería por dentro de una forma muy especial, Grendel Tales: 4 demonios y un infierno. Sus autores, James Robinson y Teddy H. Kristiansen, me contaron la historia que no sabía que tenía tantas ganas de leer.
Era una historia de detectives, vampiros, y de un drogadicto disfrazado con una especie de pijama que vestía una máscara con un diseño impreso en ella que encontré mucho más que atractivo. Tenía muchos de los elementos que, por separado, ya me interesaban y seguía.
La historia era dura, violenta, original, filosófica, oscura y profunda. Cuando la acabé de leer, quedé con ganas de más. Busqué obras de sus autores, me encontré con historias de ciencia ficción por James Robinson y un arco argumental para WildCats. Al danés Kristiansen lo conocía por La casa de los secretos de Vértigo, pero nunca lo había visto tan esforzado y cómodo como en este cómic.
Informándome, descubrí que le cómic que leí no era el primero de Grendel, más bien al contrario. Grendel fue creado por el guionista y dibujante Matt Wagner para una editorial muerta, Comico.
En mi búsqueda esperaba encontrar más trabajos de Grendel, pero no fue así, por un tiempo…
Nos conocimos
Poco tiempo después empezaron a aparecer nuevos cómics de Grendel con los que poder saciar mi interés por ese título. Pequeñas píldoras inconexas de un mundo que no dejaba de sorprenderme. Pero… ¿Qué es Grendel?
Imagino que Matt Wagner no sabía lo que iba a pasar con su obra cuando en los 80 comenzó a publicar los primeros números de Grendel en una editorial independiente y pequeña como era Cómico. Wagner escribía y dibujaba la historia de un filántropo, marchante y ricachón que decidía ponerse un traje negro y una máscara para salir a saltar por los tejados, ¿os suena? A diferencia de Batman, Grendel era un villano, un ladrón, que acabó resultando en un asesino. Su arma era una especie de lanza acabada en una horquilla de dos puntas. Con la desaparición de Cómico, este nuevo Robin Hood que actuaba de noche, continuó sus andanzas en la editorial Dark Horse.
Caminamos de la mano
Los cómics de Wagner con Hunter Rose, así se llamaba Grendel sin su máscara, eran excelentes, pero Wagner decidió matar al personaje. A partir de aquí comenzaron a aparecer los personajes que encarnarían la figura de Grendel. Desde su hija, a un robot cientos de años más tarde.
Grendel dejó de ser un personaje para convertirse en algo mucho más grande simbolizado por el diseño de la máscara de Hunter Rose. Grendel se convirtió en un mito, en una leyenda, en un culto que cambió el mundo. Grendel definía la respuesta violenta a una acción violenta.
Wagner abrió la mano para que otros autores escribieran sobre Grendel, lo hicieron muchos y muy buenos. Todos participando en la investigación sobre la naturaleza de la agresión que comenzó Matt Wagner.
Una de las obras que surgió de coger la batuta del maestro, fue Grendel Tales: 4 demonios y 1 infierno. Imagino que lo mismo que sentí cuando lo leí a finales de los 90, fue lo que sintieron ellos al leer la obra de Matt Wagner.
Nos juramos
“Con la espada de Orion el cazador se alzó y conquistó el mundo con furia y gracia,
Por el nací,
por el moriré,
por el perderé nombre, condición y prestigio.
Muerte antes que debilidad,
antes que desesperación,
antes que beneficio personal,
muerte antes que deshonor,
muerte antes que no muerte,
muerte antes que fuego sin llama
Todo esto prometo, oh, Grendel, gran kahn,
para servir y proteger
sobre la marea interminable de la muerte,
con tu palabra en mi corazón,
tus ojos en mi rostro
y tu colmillo en mi mano,
por mí mismo.
Vivat Grendel”