‘Todos mienten a la noche’, el flamante debut literario de Ángela Cremonte
Todos mienten a la noche es el gran debut literario de la actriz hispano-argentina Ángela Cremonte. Una autoficción, que salta de la realidad a situaciones y escenarios ‘prestados’, para contarnos la historia de su familia (y la suya propia) a corazón abierto. Con toda la verdad plasmada sobre el papel, Cremonte desvela secretos, mentiras y vivencias que, aun habiendo pasado los años, siguen escociendo en un mapa de idas y venidas transcontinentales. Todos mienten a la noche es una de esas maravillas que se te quedan dentro.
La destreza con la pluma de Ángela Cremonte es innegable. Todos mienten a la noche (Editorial Planeta) es la autoficción que supone el debut más que reseñable de la actriz (Mentiras, Las chicas del cable o Amar es para siempre) en la literatura. Otro debut literario que nos ha sorprendido muy gratamente en lo que llevamos de año, junto a La anguila de la pintora Paula Bonet.
Todos mienten a la noche, desde el Piamonte hasta Argentina
Todos mienten a la noche es un relato tierno, pero, al mismo tiempo, descarnado. Todo comienza en la región del Piamonte (Italia) en 1869, en una zona rural deprimida y azotada por el hambre y la desigualdad social. Eufrosine es la trastarabuela de Ángela, una adolescente que a su corta edad ya ha tenido que sufrir y lidiar con mucho más de lo que le toca. El hambre es un personaje omnipresente en la región italiana; se siente al lado, encima y debajo, como una pesada losa, siempre reclamando atención y perforando el estómago.
La presencia del hambre impertérrito como una patada en la boca del estómago, hace que los habitantes del Piamonte estén siempre en el aquí y en el ahora, sus pies permanecen anclados al suelo que pisan y del que no pueden escapar. Solo la polenta consigue mantenerles en pie, a duras penas, mientras amarillea los campos y la piel. Todo se confunde con el sol. Todo es amarillo y el dolor es costumbre.
La dorada y fértil Argentina
Llegan ecos desde el continente americano, en forma de panfletos que reparte el cura, de una tal nación llamada Argentina que ofrece vacas a todos aquellos que vayan a trabajar sus tierras y a echar raíces allí. Vacas, carne, tierra para cultivar, una casa para vivir. Eufrosine no ha probado nunca la carne, su dieta se basa en la polenta. Solo sabe que la sangre de quienes comen carne, como los señores a los que limpia las camisas a diario en el río, cuesta mucho sacarla de la tela. Eufrosine quiere probar la carne, Eufrosine quiere viajar a Argentina con su novio Vincenzo. Quiere dejar su pueblo y su vida miserable atrás.
Es entonces cuando Italia y Argentina se unen para siempre en Todos mienten a la noche. Ángela Cremonte comienza con la historia de Eufrosine, su vida en el Piamonte y su llegada a la dorada Argentina, para devolvernos después a otras épocas y lugares. Desde Argentina, hasta España, como una emigración cíclica, el retorno a Europa y todos los sinsabores que eso implica dejando atrás un país en las garras del fascismo.
Cuando las heridas familiares escuecen
Es en España cuando Ángela nos ofrece el relato más personal, el de su infancia y adolescencia junto a su madre y su hermana; también conocemos la complicada relación con su padre y la figura de su padrastro Carlos Alberto Slepoy Prada, Carli Slepoy, y su lucha por los derechos humanos durante cuatro décadas como abogado de las víctimas de las dictaduras argentina, chilena, guatemalteca y española. También saltamos a la Ángela de la década de los 2000 y a la actualidad en su piso de Madrid mientras escribe la novela.
De todo ello, me quedo con el fragmento en el que su madre le hace ese moño erguido, cuando tiene ocho años, para la competición de gimnasia rítmica en una fría mañana madrileña. Es imposible no sentir la tirantez de las horquillas, las manos decididas de la madre y la frialdad del azulejo noventero. “Yo lo que quiero es no peinarme y liberar a todas mis abuelas amarradas por la cabeza. Deshacerles el moño. Soltar esa esclavitud de bien peinadas. Atadas por arriba a un Dios que sí puede llevar el pelo suelto” (Fragmento de Todos mienten a la noche).
Emigración y resiliencia femenina
Con la llegada de Eufrosine a la fértil y próspera Argentina de finales del siglo XIX, comienza un legado familiar marcado por la emigración y la resiliencia femenina. Eufrosine fue la primera que con su determinación y valentía comenzó a dibujar los caminos en el mapa, que después volverían a transitar de vuelta otras mujeres de la familia, con la misma fuerza, coraje y determinación. “Eufrosine sube a cubierta. Se sujeta la estola y se atreve a soltar a su país como quien deshace un lazo de seda en su noche de bodas. Con ese miedo dulce por romper un nudo cuyos extremos sabe que ya nunca podrá volver a juntar. La emigración.” (Fragmento de Todos mienten a la noche).
Si con Eufrosine acabamos el siglo XIX en la primera parte del libro, con Ángela y su familia nuclear nos encontramos en los años noventa de Madrid, en los dos mil y también en la actualidad. Nos adentramos con ella, a través de su ágil y rico relato en primera persona, en un hogar de Madrid que late con corazón argentino. Una madre protectora, un padre con un comportamiento devastador y una nueva familia en la que entra Carli, su padrastro.
El sorprendente debut literario de Ángela Cremonte
Todos mienten a la noche, la primera novela de Ángela Cremonte, es una delicia de principio a fin. Si bien es cierto que me costó entrar en la historia durante las primeras páginas, pronto Eufrosine en el pasado y la propia Ángela desde el pasado reciente y el presente consiguieron atraparme en esta historia de amor familiar, heridas emocionales, emigración, desarraigo, justicia social y mucha vida.
Vida en estado puro, con sus dolores y alegrías. Porque si algo es este libro es un derroche vital. Los personajes de esta mezcla de obra de autoficción y novela convencional, viven intensamente y sienten con todos los poros de su piel. Una lectura conmovedora sobre lo esencial de la vida, en la que el amor, la emigración, la pérdida, la violencia y el feminismo son abordados con honestidad.
Conoce a la autora: Ángela Cremonte
Ángela Cremonte (Madrid, 1985) es una actriz de ascendencia argentina conocida por sus papeles televisivos en Mentiras, Las chicas del cable y Amar es para siempre, aunque también ha actuado en Águila Roja, Carlos, Rey Emperador, Los hombres de Paco, Gran Reserva, Hispania, La leyenda e Imperium. Además de su amplia formación en arte dramático, verso clásico, gimnasia rítmica y ballet, Ángela Cremonte es licenciada en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid y por The Nottingham Trent University.
Su primera oportunidad en la pantalla grande llegó con Más pena que Gloria (2000), a la que siguieron filmes como La dama boba (2006), Vete de mí (2006), Todas las canciones hablan de mí (2010) y La voz dormida (2011). Su experiencia incluye también obras de teatro como Misántropo, Antígona y Hamlet, y diversos proyectos publicitarios. Todos mienten a la noche es su primera novela.