3 películas de Kate Winslet que no son Titanic
Kate Winslet es archiconocida por su papel como Rose en el Titanic de James Cameron. A sus escasos 22 años, la película que protagonizó con Leo DiCaprio la catapultó a la fama. Pero más allá de Titanic, la británica se descubrió como una de las mejores actrices de nuestra época, aunque quizá, su trabajo no ha sido tan reconocido como el de algunas de sus compañeras contemporáneas.
Titanic no está mal, pero Kate Winslet tiene en su haber películas increíbles que le han valido varios premios como el Globo de Oro, el Bafta o el Oscar. En este artículo queremos dejar constancia de tres de las películas que nos han hecho amarla como actriz y que, además, merece mucho la pena ver si no las habéis visto.
Revolutionary Road
Esta película de 2008, dirigida por Sam Mendes, pareja de Winslet en ese momento, significó el reencuentro en pantalla de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio como coprotagonistas de un largometraje. Está basada en una novela homónima de Richard Yates.
La historia nos lleva a los años 50 en Estados Unidos. Frank y April Wheeler son un matrimonio joven, que aún conserva la pasión y las ganas de mejorar su situación. Ella es aspirante a actriz, mientras que él tiene un trabajo de oficina sin más. No obstante, cuando se mudan a una casa en Revolutionary Road el matrimonio comienza a tambalearse.
April quiere huir de allí y rescata un viejo sueño que tenían ambos: mudarse a París. Parece que finalmente van a vender su casa y mudarse a la ciudad del amor y la luz, pero esto no pasa nunca.
El final trágico de esta película viene acompañado por la excelencia en casi todos los sentidos. Las actuaciones, especialmente la de Kate Winslet, son brutales, simplemente te los crees como pareja (¿influjo de Titanic?). Está rodada con mucha elegancia y mimo y eso se nota. Sin duda, una de las mejores performances que nos ha regalado la rubia británica.
El lector
¿Es posible que en un mismo año una actriz se lleve un Bafta, dos Globos de Oro y un Oscar por dos películas diferentes? Es posible y la Winslet lo hizo. El lector, también de 2008, y dirigida por Stephen Daldry, está basada en la novela del mismo nombre de Bernhard Schlink.
Kate Winslet interpreta a una mujer ‘madura’ que un día se topa con un chaval, menor de edad, con el que empieza un idilio. No obstante, la relación pronto comienza a ser algo más que sexo y es que ella le pide al chico que le lea. Durante un verano él le lee la Odisea, Las aventuras de Huckelberry Finn o cómics de Tintín, todo lo que caiga en sus manos. A todo esto, nos situamos en Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial.
Un día, esta amante interpretada por Winslet y llamada Hanna desaparece sin dejar rastro. Tiempo después, el chico, Michael, estudia derecho y como parte de sus clases van a los juicios de las SS, en el que acusan a antiguas agentes de dejar morir a 300 judías que eran prisioneras en un campo de concentración, Hanna es una de las acusadas.
A pesar de lo macabro de este giro, la película es tierna, amable, casi infantil en algunos puntos. La lectura es lo que mantiene unidos a ambos protagonistas, pues Michael comienza a grabarse leyendo y se lo manda a Hanna a la cárcel, ya que ella, como algunos habréis adivinado, no sabía leer. Esas grabaciones eran la única forma que Hanna tenía de escapar de la cárcel y, probablemente, de la atrocidad que cometió durante la Segunda Guerra Mundial.
No es de extrañar que en 2009 le concedieran a la actriz un Oscar, un Globo de Oro y un BAFTA por esta película. Un pleno que desde luego se merecía con creces.
Un dios salvaje
Por último, mi favorita. Si las otras dos son dramas bien potentes y lacrimógenos, aquí queridos, nos vamos a la comedia. En 2011, Roman Polanski nos presentaba su versión de Carnage, la obra de teatro escrita por Yasmina Reza (no ha sido intencionado, pero casualmente estas tres películas que os propongo están basadas en libros).
Es una película muy corta, ni siquiera llega a la hora y media de duración. La primera vez que la vi, la volví a ver tras acabarla. Solo tiene cuatro protagonistas. Dos matrimonios que tienen sendos hijos y que se reúnen en la casa de unos de ellos para tratar una pelea que han tenido sus respectivos retoños entre sí.
Está protagonizada por Jodie Foster y Michael C. Reilly, que interpretan al matrimonio del hijo atacado, y por Kate Winslet y Christoph Waltz que se meten en la piel de la otra pareja afectada por el suceso, cuyo hijo es el atacante.
Este último matrimonio se reúne en la casa de Foster y Reilly para tartar el tema de la pelea. Intentan que todo sea súper formal y agradable, pero los padres del niño que ha atacado solo quieren pasar el trámite e irse a casa.
Los cuatro discuten, especialmente porque el personaje de Waltz es un capullo y un cínico, pero que lleva razón en la mayoría de sus planteamientos, pues es brutalmente sincero. Winslet, en su papel, trata de calmarle hasta que se une a las quejas de él, para luego pasar a estar contra él. Acaban discutiendo todos con todos y hablando de cómo cada uno entiende la vida, olvidándose ligeramente de sus hijos y el motivo de la discusión.
Con solo cuatro personajes y una casa (además de un rellano) como escenario, el guion de Yasmina Reza y Polanski nos lleva por una historia cotidiana que acaba saliéndose de madre y que es tremendamente divertida. Está tan bien hecha que mientras la ves adviertes que todo podría ser verdad sin problema alguno. Por supuesto, esto es posible por las actuaciones de los intérpretes en los que recae absolutamente todo el peso de esta película teatral.
Si algún día queréis ver a Kate Winslet, pero estáis hartos de ver Titanic, cualquiera de estas tres opciones será propicia y os regalará un rato estupendo de disfrute, ya sea entre lágrimas o entre risas.